Los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto acordaron ayer relanzar las relaciones económicas entre los Estados Unidos y México, para incrementar el comercio y las inversiones a ambos lados de la frontera y cooperar en la lucha contra el crimen organizado, que se cobró en el país hispanoparlante 136 mil muertos en los últimos siete años. Y, aunque el primer mandatario norteamericano reconoció que la violencia en México se origina por la demanda de sustancias ilícitas en su país, se pronunció en contra de la legalización de las drogas.
En un mensaje conjunto emitido al término de su encuentro a solas, que se efectuó durante más de una hora en el Palacio Nacional, los jefes de Estado convinieron en crear un grupo para el diálogo de alto nivel en materia económica. Peña Nieto anunció que por primera vez se reunirá el gabinete económico de México con sus contrapartes estadounidenses, que serán encabezadas por el vicepresidente Joseph Biden.
Los funcionarios buscarán evaluar cómo las acciones de los gobiernos acompañarán los esfuerzos del sector privado para una mayor integración económica. “Este grupo será un gran facilitador del desarrollo de los proyectos, deseando que los esfuerzos puedan hacer en un futuro próximo grandes objetivos”, afirmó el presidente mexicano, que asumió en diciembre pasado.
Obama, que viajó a México acompañado de un séquito integrado por asesores y doscientos agentes del servicio secreto, dialogó con Peña Nieto sobre una amplia agenda, dominada por el vínculo comercial, relegando por primera vez en seis años a un segundo plano el tema de la seguridad.
El 80% de las exportaciones mexicanas tiene como destino los Estados Unidos, con el que comparte una frontera de más de 3 mil kilómetros. Desde que ambos países suscribieron con Canadá el Nafta, un tratado de libre comercio vigente desde hace 19 años, se triplicó el intercambio comercial hasta superar los 500 mil millones de dólares anuales.
Además, los mandatarios dialogaron sobre la migración y la actual reforma que se discute en el Congreso norteamericano, que beneficiaría a 11 millones de mexicanos. Aunque Peña Nieto considera que es un tema de política interna de Washington, reconoce los esfuerzos del gobierno de Obama para aprobar la histórica ley de reforma migratoria.
Menos desempleo en los Estados Unidos
Aunque la gira por México pretendió relanzar la imagen de Barack Obama en América latina, su mayor éxito político llegó ayer de la mano de los nuevos datos económicos en los Estados Unidos. Según un informe divulgado ayer por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, la economía creó 165 mil puestos de trabajo en abril, más de lo previsto, y se redujo la tasa de desempleo al 7,5%, el nivel más bajo desde diciembre de 2008.
Ese nuevo indicador es un indicio de la recuperación de la primera economía del mundo. En marzo, el gobierno de Obama había informado sobre la creación de 138 mil nuevos empleos, que habían ubicado la tasa de desocupación en el 7,6%.
A diferencia de lo que se observa en la economía de Europa, la crisis financiera parece empezar a ceder en los Estados Unidos.