A cinco días de la tragedia del vuelo 5022 de la empresa Spanair, que se cobró la vida de 154 personas, otra nave de la misma empresa tuvo que regresar de urgencia tras una falla técnica, mientras que 16 personas resultaron heridas luego de que un avión de la empresa Ryanair realizase un aterrizaje de emergencia en Francia.
Durante la mañana de ayer, un avión con 158 pasajeros a bordo de la serie MD-80, la misma que el miércoles pasado se estrelló, tuvo que dar la vuelta y regresar al aeropuerto en Granada al detectarse un problema técnico. El vuelo se dirigía a Barcelona y volvió 45 minutos después de haber despegado, según informó El Nuevo Herald.
Si bien el avión es propiedad de una compañía española llamada Swiftair, las azafatas, el piloto, el copiloto y el resto del personal aéreo son parte del staff de Spanair. Según una vocera de la compañía, el problema del vuelo JK6621 fue técnico y el incidente no fue declarado una emergencia.
Los aviones irlandeses también fallan. Dieciséis personas fueron hospitalizadas con heridas leves después de que un avión de Ryanair realizase un aterrizaje de emergencia en Francia tras una despresurización de la cabina.
El aparato cubría la ruta entre Bristol, en el sur de Gran Bretaña, y el aeropuerto de Girona, al nordeste de España, y tuvo que aterrizar en Limoges, en el suroeste de Francia, "como medida de precaución", según precisó la compañía.
"Ryanair confirma que el vuelo FR9336 de Bristol a Barcelona-Girona el lunes por la noche fue víctima de un problema de despresurización que provocó el despliegue de las máscaras de oxígeno", indicó una portavoz de la compañía. "Por medidas de precaución, el capitán cambió la ruta hacia el aeropuerto de Limoges... La totalidad de los 168 pasajeros desembarcaron tras el aterrizaje. Dieciséis pasajeros, han sido hospitalizados, por su petición, lamentándose de problemas auditivos", añadió la empresa.
En el aparato viajaban 168 pasajeros y siete miembros de la tripulación. Según la policía francesa, el Boeing 737, sufrió una caída de 8.000 metros en cinco minutos. En un primer examen del aparato no se detectaron problemas importantes. El director general de Ryanair, Michael O'Leary, aseguró en la radio BBC 4 que se habían respetado las medidas de seguridad.
"Todo el mundo a bordo, pasajeros y personal, tuvo que ponerse las máscaras de oxígeno y el aparato tuvo que descender hasta una altura de 8.000 pies (2.438 metros) y dirigirse al aeropuerto más cercano", declaró sin pronunciarse sobre el origen del incidente.
El director aseguró que todas las máscaras de oxígeno funcionaban perfectamente, contradiciendo el testimonio de un pasajero que aseguró que algunas máscaras no se llenaban de oxígeno. "La gente creía que se iba a morir, fue terrorífico", testimonió un pasajero, el explorador polar Pen Hadow.