La coalición internacional logró imponer la zona de exclusión aérea en Libia, operación que fue calificada como "exitosa" por el jefe del Estado Mayor de EEUU, el almirante Michael Mullen.
Los más de cien misiles Tomahawk disparados por los aliados consiguieron derribar 20 de los 22 objetivos planteados para anular la defensa antiaérea de Kadafi, aunque con diferentes niveles de daño. El volumen de fuego utilizado en las últimas 24 horas es en proporción superior a los 288 Tomahawks lanzados durante toda la la Guerra del Golfo de 1991.
La operación denominada Odyssey Dawn (Odisea del Amanecer) comenzó este sábado a las 17.45 (hora local) con un ataque coordinado de Estados Unidos, Reino Unido y Londres contra las tropas de Kadafi, después de que los tres países junto a otros celebraran una reunión de urgencia para preparar el ataque.
Tras la primera embestida aérea francesa, Estados Unidos y Reino Unido atacaron desde el mar. Barcos de guerra y submarinos situados en el Mediterráneo lanzaron 112 misiles de crucero contra los sistemas antimisiles libios y han alcanzado alrededor de 20 objetivos. Rusia y China (miembros del Consejo de Seguridad) no participan del ataque, aunque previamente no hicieron uso del poder de veto.
La siguiente fase contra la fuerzas de la coalición pro-Kadafi será para atacar sus líneas de suministro y limitar así su capacidad de lucha, según aclaró Mullen a medios locales.
El establecimiento de la zona de exclusión fue un requerimiento de la resolución 1973 de la ONU adoptada la semana anterior por el Consejo de Seguridad a iniciativa de Francia, Reino Unido y EEUU. Además, la resolución también fijaba el derecho a utilizar "todos los medios" para proteger a los civiles de Libia.