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Al cierre de esta edición, París era una ciudad que aún padecía el miedo, impulsado aún más por el ayuntamiento, pidió a la población que no saliera a las calles para prevenir ulteriores ataques, que se sucedían mientras se reprimía el ataque. Lo primero consistió en la indicación gubernamental de no salir de las casas, para prevenir el efecto sorpresa de los ataques, en el contexto de la autorización a las fuerzas militares para ingresar a la ciudad. La ciudad estaba en una situación que no se vivía desde la Segunda Guerra Mundial
Mientras, las autoridades solicitaban a la prensa que no se publiquen imágenes del ingreso de la policía a la Sala Bataclán y se cerraban las fronteras del país y se bloqueaba la salida de la ciudad.
Temprano, antes que se desatara la violencia, ya había una amenaza de bomba en el metro. Perros entrenados para detectar explosivos fueron desplegados en la estación en busca de un eventual artefacto explosivo, informaron las fuentes en torno a las 15 horas locales . Y, cuando la policía estaba en plena acción, se cerraron seis líneas de metro, mientras que una de las estaciones más transitadas de la ciudad, la de Lyon, fue desalojada por las autoridades.
Un estado de conmoción que trascendió incluso los países limítrofes. Antes de la medianoche en la comunidad europea, la policía española llevó al nivel 4 el sistema de prevención de atentados.
El presidente de la República Francesa, Francois Hollande en mensaje a la Nación esta noche dispuso el estado de emergencia, toque de queda y cierre de la frontera tras los tiroteos producidos en París y las tres explosiones cerca del Stade de France.
“He pedido que haya consejo de ministros: estado de urgencia decretado, algunos lugares serán clausurados, el tráfico podría ser prohibido y habrá algunas pesquisas en el centro de París. También el cierre de las fronteras”, dijo el mandatario francés.