Pese a Obama, los insurgentes iraquíes redoblan su ofensiva
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AP
Redacción de Perfil.com
ansa/afp Bagdad
El grupo insurgente Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) redobló ayer su ofensiva contra las tropas regulares de Irak en dos enclaves que pueden resultar decisivos para la batalla entre el gobierno chiíta y los rebeldes sunitas. Los combates en los alrededores del aeropuerto de Tel Afar y la refinería de Biyi tuvieron lugar un día antes de que llegue hoy al país un grupo de 300 asesores militares enviados por el gobierno de los Estados Unidos.
Las fuerzas leales lograron repeler un ataque del ISIS sobre Tel Afar, al norte del país, y mataron a 15 yihadistas. Sin embargo, la insurgencia impuso su control al norte de esa ciudad, en la región de Al Ayadiya, donde miles de civiles se vieron obligados a abandonar sus hogares. En otra muestra de la violencia desatada en la zona, 47 cadáveres de presos de una cárcel de Tel Afar fueron hallados ayer. Los vecinos denunciaron que los muertos eran sospechosos de terrorismo y habían sido ejecutados a sangre fría por sus carceleros cuatro días atrás.
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Otro frente de batalla crucial se ubica en la refinería petrolera de Biyi, la principal de Irak. Ayer, las Fuerzas Armadas aseguraron haber matado a “decenas” de yihadistas que habían lanzado un asalto para tomar el control de dicha instalación. En tanto, al menos treinta chiítas murieron en un enfrentamiento con los rebeldes sunitas en la ciudad de Muqdadiyah, ubicada a 90 kilómetros de Bagdad. La capital iraquí sigue siendo el objetivo del ISIS.
La situación es alarmante para el gobierno del premier Nuri al-Maliki, asediado por el grupo islamista radical que logró el dominio sobre vastas zonas del norte del país. Aunque Obama había asegurado en un principio que no enviaría tropas, el jueves optó por una solución intermedia y anunció el arribo a Irak de “consejeros militares” que evaluarán la capacidad de las tropas iraquíes y estudiarán si es necesaria la llegada de más soldados.
El ISIS surgió como un desprendimiento de la red Al Qaeda, caída en desgracia luego de la muerte de su líder Osama bin Laden. La virulencia del grupo que actúa hoy en Irak, y su ensañamiento incluso con civiles, llevó a que hasta los dirigentes de Al Qaeda se distanciaran de la nueva organización.
