Con el 98,44% de las mesas escrutadas, Sebastián Piñera es el vencedor del balotaje contra el oficialista Alejandro Guillier en Chile. El empresario, tercer hombre más rico del país, obtuvo el 54,57% de los votos, frente al 45,43% de su contrincante.
Su victoria representa el retorno de un mandatario de derecha al gobierno por segunda vez en medio siglo, un caso que se suma a la tendencia de los últimos años en el mapa político de América Latina. Será la segunda vez, además, que la socialista Michelle Bachelet le traspase la banda presidencial al magnate, quien ya gobernó Chile entre 2010 y 2014.
Guillier felicitó a Piñera y reconoció que "hemos sufrido una derrota dura" aunque aseguró, "seguiremos trabajando por el Chile que queremos".
Para el candidato de la Nueva Mayoría oficialista, la derrota ha sido "más profunda" de lo esperado y llamó a la centro izquierda a "defender" las reformas sociales impulsadas por la socialista Bachelet.
"Hay que ser autocríticos: hemos sufrido una derrota dura. Y en las derrotas es cuando más se aprende; tenemos que levantar nuestro ánimo y salir a defender las reformas en las que creemos", dijo Guillier, periodista y senador por la ciudad de Antofagasta, en el Norte del país.
Fue "un macizo e impecable triunfo" el de Piñera, agregó Guillier, sobre el multimillonario empresario que volverá a ceñirse la banda presidencial el próximo 11 de marzo de 2018.
Con tres décadas de carrera en los medios de comunicación y en medio del desprestigio de los políticos tradicionales, Guillier se alzó como el candidato del oficialismo, dejando de lado a figuras tradicionales como el expresidente Ricardo Lagos (2000-2006). Después del 22% de los votos obtenidos en la primera vuelta, el periodista no pudo revertir la votación para seguir la continuidad de las políticas sociales de Bachelet.
Sin encuestas, se estimaba un resultado más estrecho entre Piñera y Guillier, un periodista que saltó a la política hace cuatro años después de décadas como exitoso comunicador.
Giro a la derecha. Al igual que en países como Argentina, Perú o Brasil, los chilenos han dado un giro a la derecha. Las elecciones de noviembre se habían convertido en un plebiscito a las reformas emprendidas por la socialista Bachelet, la última mujer que todavía gobierna en Latinoamérica. Aunque los dos candidatos proponían dos tipos de país, en las últimas semanas sus programas se habían acercando en asuntos como educación gratuita y la reforma de las pensiones, un sistema heredado de la dictadura de Agusto Pinochet (1973-1990).
Si bien el movimiento Chile Vamos del presidente electo fue la fuerza más votada en las elecciones legislativas de noviembre, Piñera no tendrá mayoría para gobernar y tendrá que pactar con otras fuerzas para sacar adelante cualquier reforma. Tras unos años de ralentización, Piñera encontrará una economía en pleno crecimiento gracias principalmente a la recuperación del precio del cobre, del que Chile es el principal productor mundial.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un crecimiento del PIB de 2,8% para 2018, después del 1,4% que vaticina para 2017, el más bajo en ocho años.