Santiago.- El dictador chileno Augusto Pinochet se encuentra en estado grave y enfrenta "una condición de riesgo vital" tras sufrir ayer un infarto cardíaco y un edema pulmonar, dijo uno de los médicos que lo atiende en el Hospital Militar de Santiago.
"Sin duda un infarto al miocardio es una condición de riesgo vital", dijo el doctor Juan Ignacio Vergara sobre Pinochet, dictador desde 1973 a 1990.
En uno de los últimos informes, Vergara evaluó que el estado del ex gobernante militar "sigue siendo grave, sin duda, y vamos a ver la evolución de las 24 ó 48 horas que son las críticas".
"Todos los procedimientos de los enfermos que tienen un problema coronario, con un infarto agudo al miocardio, tienen un riesgo de mortalidad que va del 15 al 20 por ciento, el que sin duda se tiende a mejorar con el procedimiento que se hizo", explicó el médico.
"En las condiciones del general Pinochet, a los 91 años de edad, una cirugía coronaria de revascularización es de altísimo riesgo. Hay que hacer todos los esfuerzos posibles para no llegar a esa condición", agregó el doctor Vergara.
El general chileno, que el pasado 25 de noviembre cumplió 91 años, fue hospitalizado de urgencia en la madrugada y pasadas las 9 locales un comunicado del hospital señaló que "el paciente fue sometido a un procedimiento de angioplastía para revascularizar el miocardio".
Según el diario chileno El Mercurio, el estado de salud del general evolucionó de buena manera durante la tarde, por lo que la junta médica resolvió que no será necesario realizarle una nueva operación coronaria, como se había especulado.
"Actualmente el paciente se encuentra estable", agregó el boletín del hospital, donde Pinochet recibió la extremaunción, el sacramento que la Iglesia Católica entrega a los enfermos con riesgo de muerte, según confirmó el vocero de la familia, general retirado Guillermo Garín.
Vergara expresó que Pinochet "siempre ha estado conciente y respirando por sí mismo" y admitió que su situación es complicada por otros factores como la diabetes, un problema de irrigación cerebral y la edad.
"Estamos en las manos de Dios y de los médicos", dijo por su parte Marco Antonio Pinochet, el menor de los cinco hijos del ex presidente de facto, reunido junto a su madre Lucía Hiriart y otros familiares en el hospital, al oriente de Santiago.
El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet seguía de cerca la evolución en la crisis de salud del ex dictador Augusto Pinoche pero declinó pronunciarse sobre las decisiones protocolares que adoptará ante su eventual deceso.
"Es de mal gusto hablar de funerales cuando las personas están con vida", dijo el secretario general de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, ante consultas de la prensa.
Tras el infarto que lo afectó en su residencia del barrio La Dehesa, Pinochet fue llevado de urgencia al centro de salud en una ambulancia con vigilancia policial debido al arresto domiciliario que afronta desde el lunes pasado por una acusación de violación a los derechos humanos.
"La salud de mi padre es grave", señaló la mayor de sus hijas, Lucía Pinochet, mientras el ex dictador permanecía en la unidad coronaria del hospital. El segundo comunicado del hospital ratificó que su condición era estable y el centro de salud anunció que emitirá un tercer boletín hacia las 19.
"El peligro de muerte ya pasó", agregó Cortés Villa. "Está fuera de peligro ya", afirmó por su parte Felipe Pinochet, uno de los nietos del ex dictador.
Pese a que sufre una serie de enfermedades crónicas, el infarto al corazón es la situación de salud más grave que afecta al ex dictador desde junio de 2005, cuando también fue hospitalizado por un infarto cerebral.
Pinochet protagonizó un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, derrocando al socialista Salvador Allende, quien se suicidó ese día en el Palacio de La Moneda, sede presidencial.
Durante 17 años Pinochet gobernó con mano de hierro un país en el cual, decía, no se movía una hoja sin que él lo supiera. Cuando abandonó el poder, en 1990, dejó tras de sí una pesada cuenta en materia de derechos humanos, con más de 3.000 muertos y desaparecidos, y desde 1998, cuando fue detenido en Londres, ha sido objeto de múltiples procesos por esos crímenes y también por corrupción.
Al cumplir 91 años, el pasado 25 de noviembre, Pinochet entregó un mensaje a sus partidarios y al país, en el que asumió su "responsabilidad política" por los crímenes atribuidos a su dictadura de casi 17 años. "Hoy, cerca del final de mis días, quiero manifestar que no guardo rencor a nadie, que amo a mi patria por encima de todo y que asumo la responsabilidad política de todo lo obrado", afirmó entonces.