En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas realizada en el año 2000, los principales líderes mundiales fijaron 8 objetivos a cumplirse en 2015 para combatir contra la pobreza, la hambruna, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación del ambiente y la discriminación contra la mujer.
Cada objetivo posee distintas metas. A menos de cuatro años del plazo acordado, si bien se ha avanzado en varios aspectos, en la mayoría de los objetivos difícilmente se alcancen todas las metas. El dilema que se impone es si las metas fueron demasiado elevadas o si no hubo compromiso suficiente por parte de los diferentes países para alcanzarlas.
Un informe publicado en 2011 por el Banco Mundial expone que las mejoras en la vidade los más pobres han sido inaceptablemente lentas y que algunas de las ganancias que tanto ha costado obtener están siendo erosionadas por la crisis medioambiental, económica y alimenticia. Pero las excusas no alcanzan cuando el compromiso y la cooperación internacional no son suficientes.
Con respecto a los avances que se consideran en el informe, es importante tener en cuenta el desigual desarrollo que han tenido los distintos países. El acelerado crecimiento de India y China ha favorecido las estadísticas en general a pesar de que en varios de los países más pobres del mundo las mejoras son escasas.
Los recursos sobran pero su distribución se escatima. Quizá aún se esté a tiempo de que los países más pobres puedan llegar a cumplir los objetivos del milenio. Empezó la cuenta regresiva.
Erradicar la pobreza extrema y el hambre. La lucha contra la pobreza avanza en forma satisfactoria en términos generales. Sin embargo, solo se alcanzaría una de las tres metas de este primer objetivo: reducir a la mitad entre 1990 y 2005 la cantidad de gente que vive con menos de US$1.25 al día.
En 1990 el índice era de 1800 millones de personas y se calcula que para 2015 el número sería inferior a los 900 millones. Gran parte de estos avances son atribuibles al acelerado crecimiento de India y China.
Alcanzar el empleo pleno, productivo y decente para todos es la segunda meta. En el informe se explica que si bien se está produciendo un crecimiento en la economía mundial, desde la crisis de 2008 se mantiene un nivel de desempleo alto, una lenta generación de empleo en los países desarrollados y un déficit generalizado de trabajos decentes.
Por último, a pesar de la reducción de la pobreza, la proporción de personas que sufren hambre se ha estancado en un 16%. Con este índice, tampoco llegaría a cumplirse la tercera meta para luchar contra la pobreza: reducir a la mitad entre 1990 y 2005 de la cantidad de gente que sufre hambre.
Casi la cuarta parte de los niños menores de 5 años de los países en vías de desarrollo está insuficientemente alimentada.
Lograr la enseñanza primaria universal. Con este objetivo, se pretendía que para 2015 los niños y niñas de todo el mundo terminaran el ciclo completo de primaria. Sin embargo, desde 1999 hasta 2009 la tasa neta de matriculación ha aumentado solamente siete puntos porcentuales hasta alcanzar el 89%.
Entre 2004 y 2009 solo aumentó dos puntos porcentuales, hecho que disminuye las posibilidades de cumplir con este segundo objetivo. 32 millones de niños no escolarizados – que representan casi la mitad del total- viven en África subsahariana y se espera que nunca asistan a la escuela.
El informe destaca que los niños refugiados se enfrentan a grandes dificultades para acceder a la enseñanza.
Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. La meta fijada era eliminar las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para el año 2015.
Si bien la población femenina está ganando terreno, el acceso a la enseñanza sigue siendo muy desigual en muchas regiones. La paridad de género en la escuela primaria que se esperaba alcanzar en 2005 aún no se ha logrado.
En el nivel terciario el índice de paridad es el más alto con 97 mujeres por cada cien hombres pero es también el nivel con mayor disparidad de género por zona.
En el ámbito laboral, la tasa de desempleo femenina es mayor a la masculina y se anticipa que en muchas regiones esta brecha tardará en cerrarse.
Por último, con respecto a la representación femenina en los parlamentos, se señala que si bien es la más alta en todos los tiempos –cerca del 19% a nivel mundial- está excesivamente lejos de la paridad.
En 1995 el promedio era del 11.6%, cifra que denota que se ha producido un lento avance en el empoderamiento de la mujer en los últimos quince años.
Reducir a la mitad la mortalidad de los niños menores de cinco años. Para cumplir con este objetivo se debería reducir en dos terceras partes entre 1990 y 2015 la mortalidad de los niños menores de cinco años. Al momento, el porcentaje se ha reducido en un 33%, lo que equivale casi a 12 mil muertes menos por día.
En África subsahariana, que tiene los índices de mortalidad infantil más altos, uno de cada ocho niños muere antes de cumplir los 8 años.
El informe indica que es posible alcanzar esta meta solo si se toman medidas drásticas y prontas para atacar las causas de la mortalidad infantil: la diarrea, la malaria, la neumonía, el cuidado posnatal y la nutrición.
Mejorar la salud materna. La primera meta para cumplir este objetivo consiste en reducir entre 1990 y 2015 la mortalidad materna en tres cuartas partes. Si bien se han logrado importantes avances, los embarazos continúan acarreando riesgos para las mujeres y en varias regiones se está aún muy lejos del número esperado.
La segunda meta consiste en lograr el acceso universal a la atención reproductiva de la salud para 2015. Al 2009, el 81% de las mujeres habían sido atendidas durante el embarazo al menos una vez.
En algunas regiones como el Cáucaso, Asia central, América Latina y el Caribe la meta está próxima a cumplirse. Sin embargo, en Asia Meridional solamente el 70% de las mujeres reciben atención prenatal.
La ayuda oficial para la planificación familiar ha disminuido en todas las regiones.
Los embarazos adolescentes siguen manteniendo un nivel muy elevado y si bien ha aumentado el uso de métodos anticonceptivos, la mejora no es suficiente por el rápido crecimiento de mujeres en edad reproductiva.
Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. La primera meta, que ya ha sido superada, consiste en detener y empezar a reducir la propagación del VIH/SIDA. Entre 2001 y 2009 las infecciones disminuyeron a nivel mundial casi un 25% en todo el mundo.
Sin embargo, es importante considerar que si bien en algunas regiones el avance ha sido significativo en otras no hubo cambios (Asia oriental, Europa occidental, Europa central y América del Norte) e incluso en Europa Oriental y Asia Central, después de un descenso inicial la tasa está en aumento.
Según una encuesta, entre el 50 y el 90 por ciento de los jóvenes saben que usar preservativos reduce la posibilidad de contraer el VIH pero son muy pocos los que lo utilizan en relaciones sexuales de alto riesgo.
Para cumplir con una segunda meta, se debería haber logrado para 2010 el acceso universal al tratamiento del VIH/SIDA de todas las personas que lo necesitaran. En este último informe publicado por el Banco Mundial que fue realizado con datos obtenidos hasta 2009 se aclara que el tratamiento se ha generalizado pero no lo suficiente como para cumplir con la meta.
Por último, se espera reducir para 2015 la incidencia por paludismo y otras enfermedades graves como la tuberculosis. En este caso los avances han sido importantes y la cantidad de nuevos casos ha disminuido.
La distribución gratuita de métodos de prevención en las zonas más afectadas ha sido fundamental.
Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Incorporar los principios de desarrollo sostenible en las políticas nacionales es la primera meta. La deforestación disminuyó de 19 hectáreas por año en la década de los 90, a 13 hectáreas anuales en los últimos diez años.
A pesar de esta mejora, la pérdida de bosques a nivel mundial continúa siendo alarmante y la emisión de dióxido de carbono sigue aumentando a pesar de la reducción de la actividad industrial.
El informe da cuenta de los importantes avances que ha producido El Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional firmado en 1987 para proteger la capa de ozono.
Como segunda meta, se pretendía alcanzar para 2010 una reducción significativa de la tasa de pérdida de biodiversidad. A pesar de que cada vez hay más ecosistemas protegidos, la biodiversidad sigue disminuyendo por el manejo inadecuado y la falta de protección de extensas áreas.
Todas las especies animales de las que se tienen estudios de tendencia están en deterioro y los recursos marinos mundiales siguen decayendo.
La tercera meta de este objetivo es reducir a la mitad para 2015 el porcentaje de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios de saneamiento básicos.
Con respecto al acceso al agua, el informe sostiene que probablemente se supere la meta. Sin embargo, señala que se está muy lejos de alcanzar el saneamiento ya que los avances son muy lentos.
Por último, se pretende haber mejorado para el 2020 la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de tugurios. La creciente urbanización estaría superando el ritmo de las mejoras por lo que en el informe se explica que se necesitan metas nuevas y realistas sobre este tema.
Fomentar una alianza mundial para el desarrollo. En 2005 un grupo de 15 países de la Unión Europea se comprometió a asignar al menos el 0.51% de su INB para atender a los países en desarrollo. Solo ocho lo cumplieron.
En cuanto al sistema comercial, se ha evitado el proteccionismo y la mayoría de los productos de los países en vías de desarrollo se importan libres de impuestos en los países desarrollados.
Una tercera meta de este objetivo es abordar en todas sus dimensiones los problemas de la deuda de los países en vías de desarrollo. Hasta 2008 la deuda de 36 países disminuyó notablemente pero los avances se detuvieron con la crisis financiera.
Por último, se pretende que todos tengan acceso a las nuevas tecnologías, especialmente de la información y de la comunicación. En lo que respecta a la telefonía, el 90% de los habitantes del mundo ya está cubierto por una señal de teléfono.
La cantidad de usuarios con acceso a internet también sigue expandiéndose aunque de forma muy desigual: en los países menos adelantados el acceso a internet a fines de 2010 era de apenas el 3 por ciento.
(*) Especial para Perfil.com
