Blacksburg (Estados Unidos) - Funcionarios de la Universidad Virgina Tech fueron severamente cuestionados por haber permitido que permanezca en la universidad el estudiante que cometió la peor masacre masiva de la historia de Estados Unidos, pese a saber que era una persona conflictiva y de las repetidas quejas de compañeros y profesores.
Wendell Finchum, jefe de la policía de Virginia Tech, manifestó a los periodistas que funcionarios de esa ciudad, en dos ocasiones, noviembre y diciembre, recibieron advertencias de estudiantes mujeres acerca de que su compañero Cho Seung-Hui las estaba acosando y enviando "mensajes perturbadores".
Dijo que en ambas ocasiones la policía habló con Cho y que el 13 de diciembre de 2005 fue internado en un centro mental local, luego que una estudiante manifestó temor ante el potencial suicida del surcoreano.
Finchum no precisó el tiempo en que Cho permaneció recluido. Dijo que la policía universitaria "no tuvo contacto con Cho luego de fines de 2005".
El gobernador de Virginia, Tim Kaine, dijo a la AFP que ordenó una investigación independiente sobre cómo manejó la universidad la masacre y sobre las advertencias del comportamiento de Cho.
"El equipo estará analizando las circunstancias que rodearon la masacre y las características del joven perturbado, que recibió asistencia en algunas ocasiones", dijo Kaine.
"Por qué pudo filtrarse por la red es una pregunta muy válida", señaló. "La investigación revelará qué pasó y lo que necesitamos saber", agregó.
Compañeros de cuarto de Cho, de 23 años y a quien le faltaban pocas semanas para graduarse en inglés, lo describen como una persona solitaria que acosaba estudiantes del sexo femenino y actuaba de forma extraña.
Lucinda Roy, profesora de inglés de Cho, dijo que ella encontró preocupantes las acciones y el contenido de los escritos de Cho, y que alertó a los funcionarios de la universidad, a los consejeros y a la policía de la universidad hace más de un año.
Al periódico local Roanoke Times le contó que cuando alguien se dirigía a Cho, él esperaba 10 o 20 segundos antes de responder, que hablaba en susurros y que en una ocasión escribió un poema tan perturbador que fue expulsado de la clase.
"Todos estos signos, y yo he estado enseñando por mucho tiempo, significaban para mí que estábamos ante un estudiante muy conflictuado", dijo Roy.
Agregó que funcionarios de la universidad intentaron ayudar, pero que no podían obligar a Cho a realizar terapia ya que no había amenazado directamente a nadie.
Dijo que otros cuatro docentes de inglés también habían manifestado su preocupación sobre el comportamiento de Cho y que ella aceptó ser su tutor personal para el resto del semestre.
Roy sostuvo que al finalizar el período, Cho aparentaba haber progresado algo y que le había confiado que se sentía solo. "El me dijo 'me siento muy solo', y yo ya sabía que estaba diciendo la verdad y me sentía terrible por él", indicó la profesora.
También se percibía una creciente crítica ante el hecho de que Cho pudo comprar una pistola de un reducidor en Blacksburg, donde se encuentra la universidad, y una Glock 19 de 9 mm semiautomática con una carga para 50 municiones de una armería que queda cerca de Roanoke.
La Policía Estatal de Virginia realiza chequeos sobre los antecedentes en la compra de armas.
John Merkell, propietario de la armería, dijo que se encontraba anonadado al enterarse que un hombrecillo apocado y sin pretensiones, que desembolsó 517 dólares por la pistola y las balas, estaba detrás de la masacre del lunes.
"Es lo suficientemente terrible enterarse de lo que hizo, pero es mucho peor saber que fue aquí que compró el arma y las balas", le dijo a los medios.
Los funcionarios dijeron que esperaban que los diversos documentos encontrados en el dormitorio de Cho pudieran aportar claves para comprender los motivos por los que inició el tiroteo sangriento antes de quitarse la vida.
Fuente: AFP