Los franceses votaban hoy en la
primera vuelta de unas elecciones municipales que constituyen la primera prueba de
fuego para el presidente conservador, Nicolas Sarkozy, cuya popularidad está en caída libre diez
meses después de llegar al poder.
El índice de participación era del 56,25% esta tarde, una cifra superior a la de 53,28%
registrada a la misma hora en la primera vuelta de las municipales de 2001, informó el ministerio
de Interior.
Según una estimación del instituto CSA-Dexia, el índice de participación en esta primera
vuelta será del 70,5%, ligeramente superior a la de las anteriores municipales, en 2001, con un
67,29%. El instituto Ipsos-Dell, estimaba que será del 67,5%.
Estas elecciones, cuya
segunda vuelta tendrá lugar el 16 de marzo, podrían convertirse en un voto castigo
a Sarkozy, que trató de restarles importancia por tratarse de un escrutinio local, asegurando que
continuará con sus reformas.
Todos los sondeos de opinión han adelantado una victoria para la oposición socialista frente
al partido del presidente, los gaullistas de la Unión para la Mayoría Popular (UMP).
El Partido Socialista espera tomar el control de varias grandes ciudades, como
Marsella, el gran puerto del Mediterráneo y segunda ciudad francesa, Toulouse (suroeste) y
Estrasburgo (este). Los socialistas mantendrían sin problemas el control de París y de Lyon.
Una parte importante se decidirá en las grandes ciudades y uno de cada dos franceses estima
que si la UMP pierde "varias grandes ciudades", será una "derrota personal" para el presidente,
según los resultados de un sondeo publicado el viernes.
Nicolas Sarkozy votó hacia el mediodía en el colegio electoral que le corresponde, una
escuela en el centro de París, cerca del palacio del Elíseo. Su caída en los índices de popularidad
comenzó en octubre del año pasado, pero se precipitó a comienzos de enero pasado, cuando reconoció
su impotencia para responder a una de las principales preocupaciones de los franceses, la pérdida
del poder adquisitivo.
El gusto por el lujo y la exhibición de la vida privada del jefe del Estado francés, sobre
todo coincidiendo con su matrimonio con la cantante y ex modelo Carla Bruni, terminaron por
disgustar a muchos de sus compatriotas.
La UMP, que dirige más o menos un 55% de las 230 ciudades de más de 30.000 habitantes,
insistió en que las elecciones municipales están determinadas más por "cuestiones locales" que por
la política nacional, en una tentativa de restar importancia a un eventual castigo a Sarkozy.
Estas elecciones deben designar la mitad de los consejeros generales en las asambleas
departamentales. El total de los electores franceses es de unos 44,5 millones, que deben designar
los concejos de los 36.782 municipios del país.
Fuente: AFP