ansa/dpa desde Madrid
La ex cónsul honoraria de Francia en Santiago de Compostela, Rosario Porto, fue finalmente encarcelada ayer, acusada de haber asesinado a su hija adoptiva de origen chino, de 12 años. Porto había sido detenida el martes tras la ceremonia de cremación de su hija. Ayer declaró ante el juez José Antonio Vázquez Taín, quien luego decretó el ingreso a prisión sin fianza como consecuencia de las “incongruencias”, “ambigüedades” y “versiones contradictorias” que se reflejan en la denuncia efectuada por la desaparición de la menor el pasado fin de semana.
El miércoles también fue detenido el padre de la víctima, Alfonso Basterra, separado de su esposa desde hace pocos meses, por los mismos cargos que se acusa a la madre de la niña. El hombre prestará declaración durante esta jornada y también podría quedar detenido.
El cadáver de la menor apareció con evidentes signos de violencia el pasado domingo en un camino forestal cerca de Santiago de Compostela. El caso que conmueve a España había dado un vuelco luego de que sus padres, Alfonso y Rosario, fueran imputados como presuntos autores del homicidio de Asunta, que había sido sedada y asfixiada antes del crimen.
El juez José Antonio Vázquez Taín ordenó el ingreso en prisión sin fianza para la profesora universitaria Rosario Porto, madre adoptiva de la niña de origen chino, después de tomarle declaración. Fuentes del tribunal informaron que se le imputa el delito de homicidio.
El magistrado interrogó luego al padre, el abogado Alfonso Basterra, y optó por la misma medida con iguales argumentos.
Porto había sido detenida el martes luego de la ceremonia de cremación de su hija, tras las sospechas de la policía de que podría estar implicada en el crimen de la niña.
Basterra se separó de su esposa hace pocos meses.
La pareja, que pertenecía a una familia muy conocida en su ciudad, había adoptado a Asunta cuando apenas tenía un año. La madre llevaba una vida social intensa. Hasta 2006 fue cónsul de Francia en España.
El caso policial conmocionó a España y generó la indignación de gran parte de la sociedad.