A 75 años del hundimiento del acorazado nazi Graf Spee en las aguas del Río de la Plata, un grupo de rescatistas y empresarios uruguayos batallan en la Justicia por el destino de las partes del crucero alemán encontradas frente a la costa del país vecino, entre los que se encuentra una enorme águila con la cruz esvástica.
En los últimos días, la justicia uruguaya hizo lugar a una medida cautelar solicitada por el rescatista Héctor Bado, quien accionó contra el empresario y ex socio Alfredo Etchegaray. Este último no podrá seguir ofreciendo los derechos de venta del águila del Graf Spee, según consignó el diario local El País.
Cierto es que la ya famosa águila pertenece al Estado uruguayo, al igual que el buque y las piezas recuparadas del naufragio, pero la venta de los elementos rescatados debe repartirse entre el Estado y los rescatistas, 50% para cada uno. De la parte privada, el 50% le pertenece al jefe de la operación de rescate, el buzo Héctor Bado, y el restante 50% a los hermanos Alfredo y Felipe Etchegaray (25% a cada uno).
Esta sociedad funcionó muy bien durante largo tiempo, hasta que desde hace algunos años Alfredo Etchegaray comenzó a ser la cara visible de las reclamaciones para vender los elementos rescatados. Héctor Bado, residiendo en Estados Unidos, guardó silencio. Pero volvió a tomar notoriedad pública por otro rescate: el de los restos del avión de Air Class, siniestrado en junio de 2012.
"Cuando Bado se fue para Estados Unidos, los Etchegaray empezaron a disponer del águila y de los derechos del contrato de rescate como si fuesen los únicos dueños; tomando decisiones unilaterales, como iniciar un juicio contra la Prefectura, desconociendo la participación de Bado", declaró a El País el abogado Ciro Tesouro, representante del rescatista.
La sentencia judicial consigna que "se dispone prohibir a los cautelados la disposición a cualquier título (especialmente su venta o subasta, entre otros) de todos los efectos rescatados del pecio del acorazado Admiral Graf Von Spee, cualquiera de ellos, especialmente su mascarón de proa y telémetro".
Etchegaray había anunciado a medios locales que se encontraba "escuchando ofertas" sobre los derechos de comercialización del águila del Graf Spee. Una de las empresas con las que se contactó para promocionar la venta de los derechos es la casa de remates Gomensoro, que tasó esta pieza única en unos US$ 15 millones.
Ofrenda floral a los 75 años. Inge Nedden, hija del capitán del Graf Spee, Hans Langsdorff, llegó hace días a Montevideo para recordar el 75 aniversario de la batalla de 1939. Además de una actividad en el Museo Naval, se realizó un viaje en barco hasta la zona del hundimiento del acorazado (que está señalizada por una boya), para depositar una ofrenda floral en el río.
La historia de la batalla. La llamada "Batalla del Río de la Plata", la única de la Segunda Guerra Mundial por estas latitudes, sucedió el 13 de diciembre de 1939, cuando los buques británicos Exeter, Ajax y Achilles se encontraron frente a las costas uruguayas con el acorazado Graf Spee. La nave alemana resultó averiada y debió ingresar al puerto de Montevideo. Tras intentos de negociaciones diplomáticas entre alemanes y británicos, Langsdorff decide volver al Río de la Plata con el Graf Spee, sólo para hundirlo y que no caiga en manos del enemigo. El Graf Spee, cuya misión era apostarse en el Atlántico Sur en los primeros meses de la guerra, se hundió finalmente seis kilómetros al noroeste de la escollera Sarandí de Montevideo.
Actualmente, el águila se encuentra en una caja de madera, guardada en un depósito de los Fusileros Navales.