Jerusalén – Varias decenas de manifestantes palestinos se agolparon este jueves –por tercer día consecutivo– para protestar ante la excavación organizada por el gobierno israelí en la Explanada de las Mezquitas, un sitio ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalén y que está considerado sagrado por los musulmanes.
“Los soldados de Satanás pretenden transformar (la mezquita de) Al-Aqsa en sinagoga”, acusaron los manifestantes musulmanes.
De hecho, un alto jerarca palestino, el jeque Tayssir Al Tamimi, sostuvo que podría desatarse “una jornada de cólera” durante este viernes –y que amenazaba con expandirse a Nazaret– si las excavaciones continuaran su curso. Por su parte, el jefe de la policía israelí, Micky Rosenfeld, sostuvo que “la policía va a mantener a sus hombres en estado de alerta a nivel nacional”.
Las obras que inició el gobierno israelí se levantan a pasos de la Explanada de las Mezquitas, considerado como el tercer lugar santo del Islam. La medida encolerizó a los musulmanes, que iniciaron inmediatamente protestas en los distintos países árabes. Pese a las manifestaciones, los operarios continuaban trabajando durante la jornada de hoy en las obras.
Con el fin de disminuir la tensión en la zona, el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, anunció que busca suspender en forma inmediata la excavación. El anuncio del funcionario hebreo se efectuó a partir de una misiva enviada al primer ministro hebreo, Ehud Olmert.
En la carta, Peretz estima que los trabajos deben ser interrumpidos ante el riesgo de una escalada de la violencia y de un deterioro de la seguridad, que amenaza con expandirse e iniciar una tercera Intifada por parte de los palestinos de la zona.
El diario Haaretz, de hecho, publicó un mensaje con una recomendación del general Amos Gilad, al mando de Asuntos Políticos y Militares del ministerio de Defensa, en el que destaca que las obras “provocan importantes daños y son susceptibles de originar la agitación del mundo árabe, en un momento en que Israel trata de tomar medidas para calmar la situación con los palestinos”.
El general deploró igualmente que el plan para llevar a cabo las obras, cuyo objetivo es instalar una rampa de acero –el gobierno israelí comenzó con trabajos de excavaciones arqueológicas antes de apuntalar los cimientos para la rampa–, no fuera consultado con Jordania, país al cargo del mantenimiento de las mezquitas Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, en coordinación con la Autoridad Palestina.
La Oficina de Bienes Religiosos Musulmanes en Jerusalén sostiene que los trabajos amenazan las bases de la Explanada, mientras que Israel argumenta que se trata únicamente de instalar una rampa para sustituir la actual estructura de madera que quedó dañada durante una tormenta de nieve en 2004.
Fuente: AFP