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Putin impulsa una ley que permite declarar ‘indeseable’ una ONG

Firme. El presidente ya puede controlar a las organizaciones.
| AFP

Agencias
Moscú
La Cámara baja del Parlamento Ruso, la Duma, aprobó ayer en segunda lectura, y por una aplastante mayoría, un proyecto de ley que le permitirá al gobierno del presidente Vladimir Putin “prohibir las actividades de las ONG extranjeras e internacionales declaradas ‘indeseables’”.
El proyecto, precisó la agencia Tass, fue aprobada por 442 votos a favor y apenas tres en contra.
Según el proyecto, quienes participan en actividades de una entidad “no deseada” se enfrentan a penas de hasta seis años de prisión.
Será derecho de la Fiscalía General, con la aprobación del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, establecer la declaración de “indeseable” para una organización no gubernamental, cuya actividad “ponga a riesgo los cimientos del régimen constitucional de la Federación de Rusia, la capacidad de defensa del país o la seguridad del Estado”, establece la norma.
Se trata de una definición muy amplia que algunos analistas sostienen que puede prestarse “fácilmente a interpretaciones políticas”.
Para convertirse en ley, el proyecto aún debe ser aprobado en tercera lectura, ir al Consejo de la Federación de Rusia (la cámara alta del Parlamento) y luego ser firmado por el presidente.
La segunda lectura de la Duma es considerada la más importante, mientras que los próximos pasos, son a menudo meramente formales.

Momento de tensión.  La decisión de la Duma se produce en un momento en que las relaciones entre Moscú y Occidente se reducen a la mínima expresión debido a la crisis en Ucrania.
   Pero ya en 2012 en Rusia se aprobó una controvertida ley que sometía a las organizaciones no gubernamentales a controles estrictos, sobre todo a las que participan en actividades políticas y reciben fondos extranjeros.
   Esa ley, cuestionada por activistas de los derechos humanos y la oposición liberal, a menudo se utiliza como una herramienta para ejercer presión sobre las organizaciones incómodas para el Kremlin.
   Entre otras cosas, esa ley obliga a inscribirse en el registro como agentes extranjeros a las ONGs que se dedican a la política y reciben fondos del extranjero, que son inspeccionadas frecuentemente.