Manuel Trajtenberg está cerca de ser el primer argentino de la historia en llegar al Parlamento israelí. El economista de 64 años, de gran reputación en aquel país, integra la lista de Unión Sionista, una agrupación de centroizquierda liderada por Isaac Herzog y aliada a la ex ministra Tzipi Livni. Su sueño es desembarcar en el poderoso Ministerio de Hacienda, desde el que buscaría soluciones a la crisis de la vivienda, uno de los temas que desvela a los seis millones de israelíes.
Antes de eso, su agrupación tiene que vencer al premier Benjamin Netanyahu, que va por su tercer mandato. Con tono pausado, Trajtenberg, un cordobés que emigró a los 18 años, cuenta que llevará a la Knesset los valores que aprendió en la Argentina. “Mercedes Sosa es una heroína que me sigue emocionando hasta hoy en día. Me sé sus canciones de memoria y recito la copla del payador perseguido. Llevo conmigo la gran sensibilidad social que adquirí ahí. Hay un don de gente que los israelíes reconocen mucho en los argentinos. Y un deseo de mejorar las cosas”, dice a PERFIL desde Jerusalén.
—¿Por qué quiere ser parlamentario?
—Hace nueve años que entré en la arena pública, pero en cargos oficiales y no en la política. Con el tiempo uno se da cuenta de que los grandes cambios los hacen los que están en el gobierno, los ministros. Estamos en una encrucijada muy seria en Israel, hace falta movilizar todos los recursos para traer un cambio. El gobierno tiene que volver a asumir plena responsabilidad del bienestar de los ciudadanos, de la educación, la salud pública y la vivienda
—¿Sabe que si es electo hará historia, ya que será el primer argentino en acceder a la Knesset?
—(Risas). Puede ser. La verdad que no me pregunté eso. Se habla de eso hoy en día. Somos dos candidatos argentinos. El otro es Jaim Jelin, del partido de Yair Lapid.
—En caso de que su coalición venza, ¿aceptará el cargo de ministro de Hacienda?
—Sí, efectivamente. Conozco muy bien cómo funciona la economía de Israel. Soy economista, he ocupado el cargo de director del Consejo Nacional de Economía en la oficina del primer ministro. En Israel, el Ministerio de Hacienda tiene mucho poder así que es una posición ideal para efectuar cambios grandes.
—Netanyahu lo convocó en 2011 para resolver la crisis de vivienda. ¿Por qué no se postuló en su coalición?
—Nunca compartí la ideología de él, pero hay mucho respeto mutuo y por eso me llamó en ese momento. Los dos gobiernos de él no implementaron la mayor parte de las recomendaciones que yo puse sobre la mesa. Implementaron sólo algunas.
—En los últimos días se tensaron las relaciones entre Argentina e Israel por el caso Nisman y los atentados a la Embajada y la AMIA. ¿Le preocupa esa crisis?
—Lo que me preocupa es Irán, porque Irán estuvo detrás de esos atentados. No me cabe duda que hay una penetración en todo Latinoamérica de intereses de Irán. Y eso es una amenaza no solamente para Israel sino para el mundo occidental. Lo que hay que hacer es no dejar que Irán interfiera en las relaciones entre Argentina e Israel. Voy a hacer un gran esfuerzo para que se fortalezcan las relaciones con Latinoamérica y con Argentina en particular.