Hace poco tiempo, con motivo de celebrarse el Día del Diplomático, el presidente de la Asociación profesional del Servicio Exterior de la Nación, embajador Eduardo Mallea, hizo un extenso informe que hace conocer lo que no sólo ignora nuestra sociedad, sino hasta nuestros propios gobiernos, que siguen utilizando a la Cancillería como una suerte de “botín de guerra”. Esto les permite esa lamentable costumbre de nombrar hasta 25 embajadores políticos, cuando no se haya podido ubicarlos en el Congreso o en otras instituciones del Estado, porque ignoran en profundidad las importantes y técnicas funciones del Servicio Exterior. Tal vez valga la pena recordar que la tan elogiada política exterior de Brasil (Itamaraty) no ha nombrado, ni bajo dictaduras militares, embajadores que no fueran de carrera.
Cifras. Por eso, me ha parecido necesario hacer conocer en parte dicho informe, que comienza por hacer saber que la Cancillería está integrada por poco más de un millar de colegas, 447 de los cuales se encuentran prestando servicio en el país y 565 en el exterior. Y que esos 1012 funcionarios constituyen un número reducido dentro de la Administración Pública Nacional, en el ámbito del Poder Ejecutivo, ya que de los 736.164 que la integran, esa cifra sólo representa el 0,14%.
Los diplomáticos con funciones en el exterior se encuentran diseminados por el mundo en 91 países, 142 ciudades, con un total de 160 representaciones (bilaterales, multilaterales, centros de promoción, consulados generales y consulados). A su vez, con el inicio del nuevo milenio, la Cancillería incrementó su presencia en el mundo con 16 nuevas aperturas de sedes en el exterior: nueve embajadas (la última recientemente en Singapur); cinco centros de promoción y dos consulados.
En cuanto al casi millón y medio de connacionales radicados en el exterior, podemos aseverar que el Servicio Consular tiene como objetivo profundizar y mejorar la relación entre el requirente y el consulado, focalizándose en la ayuda que se pueda brindar a éste, dando respuesta pronta y eficiente a sus consultas e inquietudes mediante un intercambio ágil y de manera online.
Así se desarrolla una importante tarea consular, a través de nuestros 133 consulados y secciones consulares siendo el número total de actuaciones durante el año 2016 de cerca de medio millón: 477.390, lo que implicó un ingreso de al Estado Nacional de casi 27 millones y medio de dólares en 2016.
En el último tiempo, atentados como el de Barcelona; catástrofes climatológicas como los huracanes del Caribe y terremotos como los de México, implicaron una duplicación de esfuerzos de nuestros consulados, que asistieron a los conciudadanos afectados y brindaron información y contención a sus familiares, momentos en los que se realza la valiosa función que cumple nuestro servicio consular.
Economía. En relación a la actividad económica-comercial, vale recordar que la Cancillería argentina asumió, hace más de 25 años, funciones de negociación económica y promoción comercial, cumpliéndolas ininterrumpidamente, con sus actividades de realización de Ferias y Misiones hasta el reciente pase de éstas funciones al Ministerio de Producción, a través de la creación de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional. Y es de confiar que con esta nueva estructura se superarán los problemas de coordinación que se dieron en el pasado, ya que no puede haber promoción comercial en el exterior sin la participación de las 160 representaciones diseminadas en los cinco continentes. El primer contacto que empresarios, inversores e importadores con interés en nuestro país hacen es con alguna de esas 160 representaciones.
El Servicio Exterior organizó, en 2016 y primera mitad del corriente año, la participación de 3105 empresarios en 125 Ferias Internacionales en 28 países; así como 56 misiones comerciales en el exterior y ha recibido 20 misiones extranjeras. Asimismo, la Cancillería ha participado en la conformación de las misiones comerciales encabezadas por el Presidente Macri a Alemania, China, Japón y Países Bajos. En los últimos dos años el personal diplomático también viene ejerciendo un imprescindible papel en las negociaciones de libre comercio que se llevan a cabo con la Unión Europea y diversos países del hemisferio. Asia-Pacífico, China y la India están en el radar de las prioridades, así como la evolución de las negociaciones multilaterales.
Más mercados abiertos y mejor acceso de nuestros bienes y servicios implican una mayor inserción internacional de nuestras empresas, con la consiguiente generación de inversiones y creación de empleos, sobre todo, en las PyMES y las economías regionales. Estos son ejemplos concretos de que la labor de nuestros diplomáticos, en este caso, en la esfera económica, impacta directa y positivamente en nuestra sociedad. En el marco del sistema de solución de controversias de la OMC, nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores ha sido exitoso en la defensa de intereses exportadores.
Gracias a un caso llevado adelante por la Cancillería, nuestro país ha recuperado el ingreso al mercado europeo de biodiesel, el cual representa un flujo de exportaciones estimado en 1.500 millones de dólares anuales.
Argentina también logró el reingreso de limones del noroeste al mercado norteamericano, luego de llevar el caso ante el sistema de solución de controversias de la OMC, abriendo un mercado potencial de más de 50 millones de dólares.
Como último ejemplo, vale recordar que, gracias a una demanda impulsada por los diplomáticos de nuestra Cancillería, en 2015 la OMC le dio la razón a la Argentina en un caso que permitirá reanudar las exportaciones de carne vacuna fresca, refrigerada o congelada a los Estados Unidos, luego de 14 años de prohibiciones a los embarques de nuestro país.
OMC y G20. Además, la Cancillería tiene bajo su responsabilidad la organización y coordinación logística de la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a realizarse en Buenos Aires del 10 al 13 de diciembre próximos.
Esta Conferencia es la máxima instancia de negociación en temas comerciales multilaterales que organiza la OMC cada dos años. Se espera para este importante evento la asistencia de 164 delegaciones, integradas por cerca de 200 Ministros de Comercio y de otras carteras ministeriales afines, conformando la participación de más de 4000 asistentes, además de prensa y ONGs.
A su vez, el 1º de diciembre Argentina asumirá formalmente la Presidencia del Grupo de los 20 (G20), lo que representa un desafío político y diplomático de los más importantes de la historia reciente de nuestro país. Asimismo implica una oportunidad para dar una mirada renovada, en dicho foro, a los principales temas de la agenda global que ponga especial atención en las prioridades y necesidades de las economías emergentes con una visión desde el sur. Los países Miembros del G20 representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y 80% del comercio internacional.
Nuestro país también se encuentra finalizando la etapa de definición de prioridades que llevará la Presidencia del G20 durante 2018, lo que hace con diferentes organismos del Estado Nacional, con competencias en cada una de las temáticas del Foro.
Cooperación. En otro orden de cosas, merece mencionarse que la Cancillería argentina conduce y gestiona el Fondo Argentino de Cooperación Sur-Sur. El FOAR tiene una trayectoria de 25 años ejecutando proyectos de cooperación técnica, que buscan promover el desarrollo en terceros países mediante el intercambio de conocimientos, tecnologías y mejores prácticas desarrolladas en la Argentina. Es por ello un verdadero promotor y herramienta de difusión de las capacidades y potencialidades de nuestro país.
La cooperación técnica es una herramienta de gran valor para dar contenido concreto a la política exterior y construir prestigio para nuestro país a nivel global, sirviendo de plataforma para relacionarse con el mundo de una forma colaborativa, competente, comprometida y responsable.
En 25 años, se han movilizado gracias a esta tarea más de 6500 profesionales y expertos argentinos y extranjeros, involucrando a más de 2000 instituciones técnicas de 70 países. En la actualidad, el FOAR ejecuta proyectos en 47 países de América latina y el Caribe, Asia y África.
La Comisión Cascos Blancos de la Cancillería se dedica, a su vez, a la asistencia humanitaria no sólo internacional, sino también dentro del territorio nacional y es conducida por diplomáticos e integrada por funcionarios apoyados por un cuerpo de voluntarios, dedicados a diseñar y ejecutar misiones en áreas relacionadas con las emergencias y abordaje integral de riesgos de desastre.
La Comisión constituye un instrumento de política exterior de la Argentina que le permite al país estar presente en escenarios donde es requerido [M1] y así mostrar la solidaridad y el compromiso del pueblo argentino con la comunidad internacional. Se han realizado, al efecto, misiones internacionales en Bolivia, Paraguay, Chile, Perú, Haití, Ecuador, Fidji, Mali y Belice, y en estos días con el envío de asistencia a México con motivos de los recientes terremotos.
El propio Consejo Permanente de la OEA en una reciente resolución ha eximido a Cascos Blancos de costos indirectos y reembolsos, señalando que, desde 1998 esta Comisión, junto a la OEA, han participado en 190 acciones de asistencia humanitaria en América Latina y el Caribe.
Dado su prestigio y experiencia, los Cascos Blancos son llamados a colaborar también en el interior del país con otras áreas del Estado, con el propósito de mejorar la calidad de vida de los argentinos que más lo necesitan. Así, se han desarrollado actividades varias en una decena de Provincias.
Mar y Antártida. En el campo del derecho del mar ha sido muy importante el trabajo realizado en pos del establecimiento del límite exterior de la plataforma continental, desde que la “Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental”, comisión interministerial presidida por la Cancillería, comenzó a funcionar en 1997.
Esta Comisión ha trabajado a lo largo de distintos gobiernos con identidad de objetivos, profesionalismo y seriedad durante casi 20 años, con el propósito de rearmar nuestra presencia, preservar nuestros recursos y reafirmar nuestros derechos soberanos en una zona política, económica y estratégicamente tan importante como el Atlántico Sur. Ha representado una verdadera política de Estado que, con el apoyo de técnicos especializados en hidrografía, cartografía, geología, entre muchas otras disciplinas, permitió que la Argentina efectuara su presentación sobre el límite de su plataforma continental el 21 de abril de 2009.
Entre agosto de 2012 y agosto de 2015 se mantuvieron 31 reuniones de trabajo con la Subcomisión. y finalmente el 11 de marzo de 2016 la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) adoptó las Recomendaciones sobre la presentación argentina del límite exterior de la plataforma continental.
Pero este logro es el fruto no sólo de este trabajo técnico sino también de una política de Estado de larga data, comenzada en la década de 1940, en materia de derecho del mar, y que fue plasmada, exitosamente por nuestros diplomáticos, en la negociación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, adoptada en 1982.
Otra cuestión que tiene una significativa participación de nuestros diplomáticos es la actividad antártica nacional, desde 1959 cuando negociaron el Tratado Antártico, que continúa en plena vigencia y cuya Secretaría Ejecutiva se encuentra establecida en Buenos Aires. Hoy, no sólo participan en cuestiones de política exterior antártica en los diversos foros que regulan las cuestiones políticas, medioambientales y de recursos vivos marinos antárticos. Hoy nuestros diplomáticos son protagonistas esenciales de la política antártica nacional, elaboran el Plan Anual Antártico por el que se rige la Campaña Antártica y coordinan su implementación logística con el Ministerio de Defensa.
Algo poco conocido también es que, de las 13 bases antárticas que tiene nuestro país, la Cancillería, a través de su Dirección Nacional del Antártico (DNA), gestiona dos de ellas, la Base Carlini, principal usina científica de nuestro Instituto Antártico Argentino, que también depende de este Ministerio, y también la Base Brown. Y no somos plenamente conscientes de que los cerca de 200 científicos y técnicos de la DNA, que ejecutan esta verdadera política de Estado, son parte de nuestra Cancillería.
Género. En línea con la defensa de los derechos de las mujeres como política de Estado, que el Gobierno Nacional ha asumido dentro de las 100 prioridades de gobierno, la Cancillería viene trabajando para el establecimiento de una Oficina de ONU Mujeres en Buenos Aires, considerando que esta representa una valiosa instancia para contribuir al logro de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la sociedad argentina; con su potencial efecto catalizador de recursos para invertir en el adelanto de la temática de género en nuestro país.
Basados en nuestra larga tradición de promoción y protección de los derechos humanos, nuestro Servicio Exterior continúa con una activa participación en los foros internacionales y regionales para garantizar su vigencia. Con importantes misiones ante esos organismos, liderando así iniciativas, en particular en materia de lucha contra la discriminación. En igual sentido, cabe mencionar el rol de nuestro país a través de la Cancillería, en impulsar acciones internacionales tendientes a la abolición de la pena de muerte, la erradicación de la tortura y la prevención del genocidio y otras atrocidades masivas, entre los aspectos más significativos.
Los funcionarios diplomáticos argentinos forman un cuerpo profesional y eficiente, capacitado en una amplia gama de disciplinas, capaz de realizar todas las tareas y funciones que nos asigna la Ley y para las que fueron una verdadera “Academia Diplomática”: el Instituto del Servicio Exterior de la Nación, luego de un arduo proceso de selección. Creado por el Canciller Carlos Manuel Muñiz , cuya primera promoción egresó en 1964. Al día de hoy, después de más de medio siglo de ininterrumpida actividad, egresaron del mismo 50 Promociones y un total de 1348 funcionarios provenientes de todas las provincias del país, egresados tanto de universidades públicas como privadas, y de las más diversas carreras universitarias.
Es, sin duda alguna, la única carrera profesional existente en la administración pública nacional dependiente del PEN, para conformar los cuadros de funcionarios del Estado, a la que se ingresa con título universitario previo, por concurso público; con exámenes escritos anónimos que se toman simultáneamente en diferentes sedes universitarias del país y se comienza luego por el rango inicial de la carrera con exigencias de capacitación y que a su vez requiere acuerdo del Senado de la Nación para ascender a los rangos superiores.
(*) Embajador.