Henry Acosta Patiño es el empresario que sentó en la mesa de negociaciones al gobierno de Juan Manuel Santos con la cúpula de las FARC. En diálogo con PERFIL, afirmó que durante los últimos 14 años trabajó en silencio por la pacificación de Colombia, incluso durante la presidencia de Alvaro Uribe. Ahora, cree que el tiempo es el principal enemigo de la paz y que los partidarios del “No” tienen como objetivo llegar en 2018 a la presidencia, no culminar el Acuerdo Final con la guerrilla.
Conoció en 1998 a Pablo Catatumbo, comandante de las FARC, cuando su labor en el cooperativismo rural y sus contactos con organizaciones internacionales lo llevaron a Barragán, Valle del Cauca, para trabajar con campesinos locales. Allí, los hombres de Catatumbo lo interceptaron y lo llevaron con él. Tras hablar por más de diez horas sobre historia, política y literatura, acordaron nuevos encuentros, en los que cimentaron una fuerte amistad. En los últimos años, se ofreció como “facilitador informal” en las negociaciones.
“Nadie esperaba en Colombia el triunfo del “No”. Es increíble que el pueblo diga que no a la paz”, opina.
Acosta está a favor de una renegociación del acuerdo, en la que el uribismo plantee sus demandas, Santos las evalúe y, en todo caso, las transmita a las FARC. “Uribe siempre tenía demasiadas condiciones para llegar a la paz. Recientemente, le pedí que fuera a La Habana, que no se perdiera el tren de la historia. Me dijo: ‘No me interesa la historia’. Siempre tenía algún obstáculo mínimo y ridículo”, cuestiona al gran opositor al Acuerdo Final. “Al uribismo le importa más volver al poder que la paz. Hacen oposición para ganar, como en cualquier parte del mundo”, agrega.
El facilitador no cree que la Asamblea Constituyente sea la mejor vía para llegar a la paz. Por el contrario, apuesta a un pacto nacional que revise los acuerdos ya firmados. “Estamos muy escasos de tiempo. Nos quedaría solamente un mes para que el Congreso colombiano apruebe 43 leyes para implementar el nuevo acuerdo, en caso de que se renegocie”, sostiene.
Consultado sobre qué estarían dispuestas a cambiar las FARC, sentencia: “Para ellos, el acuerdo ya fue firmado. Aceptan que se los juzgue, pero también piden que juzguen a Uribe, a los paramilitares, los empresarios y los políticos”.