Madrid
Los trece ministros nombrados por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, juraron ayer sus cargos ante el rey Felipe VI, en un acto simbólico tras el cual celebraron el primer Consejo de Ministros de una legislatura que arranca después de más de diez meses de bloqueo político con dos prioridades: la aprobación del presupuesto y el control de gastos.
Rajoy transmitió a sus nuevos ministros la necesidad de “hablar, dialogar, pactar y consensuar mucho” con el fin de llegar a acuerdos para poder cumplir el objetivo de que la economía y el empleo sigan creciendo en el país.
El nuevo gobierno español “confía” en cumplir con los objetivos de déficit pactados con la Unión Europea para este año y el próximo, aseguró el viernes su portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, tras la primera reunión del gabinete.
España, todavía convaleciente de la grave crisis económica de 2008-2013, ha prometido a Bruselas reducir su déficit del 5,1% del PIB que registró en 2015 a 4,6% este año. Para 2017, el objetivo es bajarlo a 3,1%.
Para cumplir con esos objetivos, el nuevo gobierno prevé en el presupuesto un recorte adicional de 5.500 millones de euros para 2017 y otros 5.500 millones para 2018.
Sin cambios. Rajoy formó el jueves un gobierno compuesto por 13 ministerios, en el que decidió mantener en sus cargos a los tres titulares del ámbito económico: Luis de Guindos en Economía, Cristóbal Montoro en Hacienda y Fátima Báñez en Empleo.
El líder conservador presume de que gracias a la política de rigor y las reformas aplicadas entre 2011 y 2015, España salió de la recesión y volvió a tener crecimiento, además de reducir su desempleo, que sigue siendo no obstante el segundo más alto de la Eurozona (18,9% de la población activa).
El mantenimiento del equipo económico fue muy criticado por los socialistas y Podemos, que denunciaron como “antisocial” la política de recortes que aplicó Rajoy entre 2011 y 2015, cuando tenía mayoría absoluta.
Los socialistas del PSOE dijeron que “éste no es un gobierno para el diálogo”, y Podemos anticipó que el nuevo gobierno “va a continuar por la senda de los ajustes, los recortes y el sufrimiento de la mayoría social”.
Méndez de Vigo reconoció que es “un gobierno continuista”, pero “en aquello que debe continuar, que es la recuperación económica, la creación de empleo y las reformas” .
La aprobación del presupuesto será el primer gran desafío del gobierno, que necesita negociar y consensuar una mayoría parlamentaria para aprobarlo, ya que el PP de Rajoy cuenta con tan sólo 137 escaños en un Congreso formado por 350.
Junto con el presupuesto y el déficit, el nuevo Gobierno debe enfrentar medidas a corto plazo en cuestiones como las pensiones, la ley de educación, la ratificación del acuerdo sobre cambio climático
de París y el nombramiento de un nuevo fiscal general
del Estado. n