"Yo soy comandante general del Ejército peruano nombrado expresamente por un mandato constitucional y puedo ser relevado solamente con la orden presidencial, no por necesidad o presión de un gobierno ajeno al nuestro", dijo Donayre ante decenas de periodistas, poniendo en aprietos al gobierno de Alan García que no sabe ya que hacer para que el militar cierre la boca. La posición del presidente peruano es delicada, porque si releva a Donayre (decisión que se estima posible) aparecerá cediendo a la presión de la mandataria chilena Michelle Bachelet. Pero si mantiene al militar en su cargo, las relaciones con Chile irán al freezer.
Ayer el ministro de Defensa peruano, Antero Flores-Aráoz, dijo sin medias tintas que "seria conveniente que el Comandante General del Ejercito tenga prudencia, tino y mesura para no hablar cuando no es conveniente”. El funcionario admitió que las declaraciones de Donayre sobre Chile han provocado enorme daño a las relaciones bilaterales.
En otro momento, Flores-Aráoz lamentó que en este tema tan sensible para el Perú se esté “echando más leña a la hoguera” con este tipo de comentarios. En tal sentido, dijo que los mecanismos diplomáticos entre ambos países deben seguir funcionando, pese a este problema.
Desde Chile, dicen que el presidente Alan García se convertiría en "cómplice" de Donayre, si no ordena su inmediato retiro por haber declarado que chilenos que entren a Perú saldrían muertos.
"Si el presidente del Perú no llama a retiro, no destituye al general Donayre, simplemente se está haciendo cómplice de sus palabras y eso sí que es extremadamente grave", afirmó este lunes el senador de la derecha opositora chilena Hernán Larraín.
"Lo que ha hecho el presidente peruano no es aceptable. Espero que tenga la hombría de rectificar ahora sus actuaciones destituyendo de una al señor Donayre y dándole explicaciones públicas a Chile", insistió Larraín.
"Las consecuencias se van agravando porque la debilidad que ha demostrado el presidente peruano no es sólo frente al general Donayre, también refleja la incapacidad que ha demostrado el Mandatario para dar respuesta sobre la ofensa de su pueblo hacia otro pueblo", dijo.
Larraín señaló que la forma como ha actuado García en este caso "ya no es un exabrupto, es una ofensa para el pueblo chileno". El senador pidió además que el gobierno llame a informar al embajador en Lima, Fabio Vio.
Las relaciones entre ambos países se tensaron la semana pasada cuando se difundió el video -subido al sitio de internet Youtube- de una reunión informal en la que el general Donayre afirmaba en 2006 que los chilenos que entraran en Perú sólo saldrían en ataúdes o en bolsas plásticas.
Santiago pidió que el general fuera destituido de inmediato, pero Perú replicó que su salida del cargo estaba fijada con anterioridad para el 5 de diciembre y se negó a adelantarla. Este lunes el vocero del gobierno chileno, Francisco Vidal, reafirmó la postura oficial: "si hay algo que ha pasado el fin de semana que nos ha reforzado nuestro planteamiento son las declaraciones de este general, que además ni siquiera se arrepintió", afirmó.
Se refería Vidal a declaraciones de Donayre el domingo en que dijo que esas frases corresponden a lo que siente "como soldado de la patria".
Donayre dijo que "no me arrepiento en absoluto", al referirse a sus polémicas declaraciones porque "uno en su casa puede andar en calzoncillos y en su casa debe decir lo que le parezca y le plazca".
Dijo además que "mi servicio no termina el 5 de diciembre. A mí me quedan de dos a tres años y y la decisión le corresponde al presidente de la República", dijo a la privada Radio RPP.
Este lunes el primer ministro de Perú, Yehude Simon, también instó a Donayre a evitar hacer comentarios sobre las relaciones con Chile. "El general Donayre debería en efecto guardar silencio, pero tengo la confianza en que el presidente de la República en los próximos días tomará una decisión definitiva", dijo Simon.
El viernes el canciller chileno, Alejandro Foxley, había señalado que su país "está a la espera" del retiro de Donayre, una exigencia que desató fuertes respuestas desde Lima, donde el propio Alan García dijo que Perú no recibe órdenes desde fuera.
En otra arista del incidente, el gobierno chileno retiró el viernes pasado la invitación que había formulado al ministro de Defensa de Perú para que participara de una exposición naval en Chile esta semana.
Entre parlamentarios oficialistas ha habido opiniones dispares. Mientras el socialista Juan Pablo Letelier dijo que las palabras de Foxley son "poco diplomáticas, colaboradoras y visionarias", el demócratacristiano Jorge Tarud dijo que Bachelet debería llamar a informar al embajador.
Fuente: Diario "La República", Perú y AFP