INTERNACIONAL
US$ 26 MiL millones

Rousseff viajó a EE.UU. para ‘vender’ su plan de inversiones

Previa. Uno de los encuentros anteriores entre Dilma y Obama.
| Cedoc

Desde San Pablo

Dilma Rousseff comienza hoy, y hasta el miércoles, un viaje a Estados Unidos que apunta a consolidar a Washington como prioridad para Brasil.
Más allá de dos encuentros con Obama, el eje de la visita de Dilma serán seis reuniones con empresarios y financistas en Nueva York, Washington y San Francisco en busca de inversiones para aliviar las malas proyecciones para Brasil –la caída de 1,3% en el PBI en 2015– y la continuidad de la recesión en 2016.
Junto a sus ministros Joaquim Levy, de Hacienda, y Nelson Barbosa, de Planeamiento, Dilma quiere “vender” el plan nacional de inversiones de US$ 26 mil millones en obras de infraestructura hasta 2018 y garantizar la continuidad de acuerdos de facilitación de comercio e integración productiva en el sector Defensa.
Con estas medidas Brasil y Estados Unidos esperan duplicar en diez años su intercambio comercial, que en 2014, alcanzó a US$ 62 mil millones.

De todos modos, la Cancillería admitió que del periplo no saldrán acuerdos sustantivos ni se hablará de libre comercio. “Brasil sigue fuera del radar de la Casa Blanca”, evaluó el ex embajador en Washington Rubéns Barbosa. “Será más un ‘photo-opportunity’”, resumió el ex canciller Luiz Felipe Lampreia a PERFIL.
Para Estados Unidos, lo más importante de la visita es evitar que Dilma pueda perturbar el proceso de acercamiento con Cuba y convencerla de cambiar de actitud ante el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al que apoya incondicionalmente.
“La relación con Brasil es esencial para el enfoque a largo plazo de Estados Unidos en el Hemisferio”, dijo a PERFIL el viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes.

 

Popularidad en caída

La presidenta inicia su visita a Obama en un momento difícil, cuando las encuestas le otorgan un rechazo del 65%, según una reciente encuesta. Además de las dificultades económicas divulgadas de la recesión, debe lidiar con las investigaciones del escándalo de corrupción en Petrobras, que se acercan a su padrino político, el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, y a ella misma. El viernes, la prensa brasileña publicó que el ex presidente de la constructora UTC, una de las involucradas en el escándalo en Petrobras, reconoció haber pagado 1,2 millones de dólares en propinas a dos personas muy cercanas a Dilma y a Lula: el ex tesorero de la campaña electoral de la presidente en 2010, José de Filippi, y el ex tesorero nacional del PT, João Vaccari Neto.