En Rusia se trabaja con desesperación para que la imagen del país en ocasión del inminente Mundial 2018 sea impecable. Ya no hay turnos, se trabaja 24 horas en el "envión final", y en ese frenesí de obras operarios "sepultaron" a una mujer en su propia casa. El curioso suceso, citado por la AFP, se produjo la semana pasada cuando unos trabajadores estaban pavimentando una calle en el centro de la localidad de Nizhny Novgorod, ciudad del oeste de Rusia, una de las once que albergarán partidos del Mundial entre el 14 de junio y el 15 de julio. Durante esos trabajos, los operarios bloquearon la puerta de entrada del domicilio de Anna Chemodanov, sin percatarse primero que la vivienda estaba habitada, y además que su moradora estaba en el interior.
La televisión pública OTR ofreció imágenes de la puerta de metal de la destartalada casa, con el marido de Anna, Ivan, en la calle, frustrado por no poder acceder a su domicilio tras su jornada laboral. Anna, que había pasado el día en casa realizando tareas domésticas, quedó encerrada dentro de su domicilio.
"¿Puedes imaginar el nivel de idiotez que ha alcanzado esta ciudad?", preguntaba el marido al personal de OTR. "Levantan un muro encerrando a gente simplemente para acabar rápido su trabajo y cobrar", criticó antes de lanzar por encima de la pared una bolsa con comida para que su mujer "no se muera de hambre".
Las autoridades municipales justificaron el incidente en el hecho de que las obras "se realizaron al anochecer y que por ello los operarios no se apercibieron de que estaban tapiando una casa".
Rusia invertirá más de 13.000 millones de dólares en la organización de la Copa del Mundo, la más cara de cuantas fueron celebradas hasta la fecha. Gran parte de ese dinero ha sido destinado a infraestructuras que modernizarán en forma sensible varias ciudades.
El jefe del Comité de Organización Alexei Sorokin aseguró este lunes que todos los trabajos están siguiendo el plan establecido, por lo que "no hay nada de lo que preocuparse". No obstante, el alcalde de Nizhny Novgorod, Vladimir Panov, dijo haber detectado "muchos pequeños defectos" tras una inspección a las obras en su ciudad. "En general, tenemos que mejorar nuestra capacidad para arreglar las cosas", declaró a un diario local.
Putin revisa las obras
Mientras tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, inauguró este martes al volante de un camión naranja el nuevo puente que enlaza Crimea a Rusia, una obra colosal y muy simbólica, que busca reducir el aislamiento de la península que Moscú anexionó en 2014, pero que generó protestas de occidentales y de Kiev.
Bajo un sol radiante, Putin, que vestía vaqueros y una cazadora oscura, se instaló al volante de un camión ruso Kamaz, quitó el freno de mano y echó a rodar por el nuevo "Puente de Crimea". Al frente de una columna de una decena de vehículos, recorrió en 16 minutos los 19 kilómetros de la enorme obra que une la península de Kerch, en Crimea, con la península de Taman, en el sur de Rusia.
Al otro lado del puente, en Crimea, una pequeña multitud acogió al presidente con aplausos. "En varios momentos de la historia, incluso bajo el zar, la gente soñaba con que se construyera este puente. Lo volvieron a intentar en los años 1930, 1940, 1950, y por fin, gracias a vuestro trabajo y vuestro talento, ¡este proyecto, este milagro, tuvo lugar!", declaró Putin. Es un "día excepcional, festivo, histórico", añadió.