Después de su liberación de la prisión de Guantánamo, Haji Ghalib, gobernador del distrito de Achin, en Nangarhar, volvió al campo de batalla para enfrentar a los talibanes y el Estado islámico (ISIS por sus siglas en inglés) en el tramo este de Afganistán.
Tras su liberación en 2011, el afgano recuperó su cabello negro, su barba y el bigote que le afeitaron en el penal de Guantánamo donde estuvo preso tres años y medio. Ahora, las autoridades afganas y estadounidenses por igual lo describen como un luchador feroz y eficaz contra la insurgencia y el ejército estadounidense a veces apoya a sus hombres con ataques aéreos.
El hombre injustamente detenido paso de ser un combatiente enemigo y encarcelado en Guantánamo “para emerger como un aliado de Estados Unidos firme en el campo de batalla”, explica The New York Times.
Según indica el medio estadounidense, Ghalib se queja de que hay muy pocos bombarderos y aviones no tripulados para su gusto para luchar contra los talibanes o Estado Islámico. A sus 54 años, el hombre aclara: "Yo no tengo buenos recuerdos de la vida, para ser honesto".
En una reciente entrevista en Kabul, enumeró a los enemigos que ha luchado durante su vida: primeros los soviéticos, durante la yihad de la década de 1980, luego los talibanes durante las tres décadas siguientes, y ahora el Estado islámico”.
A su vez, Ghalib enumeró a los familiares que perdió durante esas décadas: desde un hermano que murió en la guerra contra los soviéticos en la década de 1980 a su 70 años de edad hasta un hermano-en-ley que fue decapitado este mes. En total, los talibanes le mataron a más de 19 familiares.