—¿La visita de Obama a Cuba indica también la existencia de un deshielo de la relación de Estados Unidos con Sudamérica que permite que esa idea que le apareció a usted con el ministro inglés se termine convirtiendo en una unión americana?
—Sí, eso acerca mucho a los Estados Unidos con el resto de América Latina. Ha sido una movida audaz, valerosa, que toda América Latina ha aplaudido y que creo que ayuda muchísimo a distender las relaciones. Porque, sin dudas, el tema de Cuba era un motivo de discusión.
—¿Cómo fue su relación con Cristina Kirchner y cómo imagina que cambiará su relación con Macri?
—Tengo que decir que con Cristina Kirchner tuve una buena relación, pero no teníamos esa visión compartida que tenemos con Macri. Creo que con Macri nos parecemos mucho más en nuestras visiones de qué hacer con la economía, con la democracia. No tengo reparos con lo que hicimos, pero me habría gustado hacer mucho más con la Argentina de lo que hicimos.
—¿Cómo fue su relación con Dilma y cómo imagina que cambiará su relación con Temer?
—Con Dilma las relaciones fueron buenas también. A pesar de tener diferencias, uno puede tener buenas relaciones en la política exterior. Yo era el enemigo número uno de Chávez, éramos los peores enemigos. Cuando llegué a la presidencia dije: “Esto es irracional, podemos seguir siendo como el agua y el aceite, tener modelos totalmente diferentes, pero podemos tener una buena relación”. Y la tuvimos desde el momento en que nos sentamos a conversar de esto hasta el momento en que se murió.
—¿Cómo era su relación con Chávez?
—Chávez era una persona con un gran sentido del humor, un gran político, tenía una capacidad de dominar los escenarios, a veces por supuesto con actuaciones bastante histriónicas, pero era un líder en su filosofía y en su visión, y la prueba es que hizo lo que hizo y al final de cuentas eso lo discutimos, no nos vamos a poner a pelear: la historia nos va a juzgar y es lo que está pasando. Hoy ve el comportamiento de Colombia y el de Venezuela.
—Que haya un papa latinoamericano ¿contribuye también al cambio geopolítico de la región?
—Sí, yo creo que este papa ha sido un factor muy importante. Tiene de base una visión mucho más progresista, es el personaje más importante para América Latina que hay en este momento en el planeta, y su influencia es indudable. El caso particular de Colombia y su apoyo a lo que estamos haciendo, a la paz, ha sido de una gran importancia, pero también su visión progresista sobre qué hacer con la inequidad, que es uno de los males más graves que tiene Latinoamérica, creo que es correcta.