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Se colgó de la Torre Eiffel para pedir por activistas de Greenpeace

Un hombre protestó contra las autoridades rusas que detuvieron a treinta militantes ecologistas, entre ellos a dos argentinos.

Sorpresa. Quedó suspendido en el aire, entre el primero y el segundo nivel del monumento.
| AFP

afp/ansa
Desde París
Un militante de la organización ecologista Greenpeace se colgó ayer de la Torre Eiffel, el emblemático símbolo de París, para protestar por el encarcelamiento de treinta colegas en Rusia –entre ellos los argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi–. “Me voy a quedar aquí hasta que mis amigos que están presos en Rusia sean liberados. Soy totalmente solidario con ellos, porque han protestado de modo no violento en defensa de la emergencia climática”, dijo Patrice, el hombre que protagonizó la protesta, según un comunicado distribuido por su organización.
La medida obligó a cortar el acceso del público al monumento pago más visitado del mundo. El militante de Greenpeace, que había accedido a través de una escalera, quedó suspendido entre el primero y el segundo nivel de la infraestructura. La protesta duró dos horas y concluyó cuando el activista y cinco de sus compañeros fueron detenidos.
El hombre que se colgó desplegó una bandera que rezaba “Libertad para los 30 del Artico”; y otra que sostenía en francés, “Militantes en prisión, clima en peligro”.
“Estamos aquí para enviar un mensaje al gobierno francés, para que ponga en marcha la liberación de los 28 militantes y de los dos periodistas”, declaró Cyrille Cormier, encargado de la campaña de Energía de Greenpeace.
El primer ministro de Francia, Jean-Marc Ayrault, viajará a Rusia la semana que viene. Los 28 tripulantes del rompehielos Arctic Sunrise fueron detenidos hace más de un mes, junto a dos periodistas, por protestar contra la explotación del A0rtico ruso en el mar de Barents. Querían subir a una plataforma petrolera del gigante Gazprom para denunciar los riesgos ecológicos de la instalación.
Los activistas están en prisión preventiva en Murmansk y enfrentan cargos por “vandalismo”, que podría suponer hasta siete años de cárcel.
Los ecologistas detenidos proceden de Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Italia, Ucrania, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca, Australia, Brasil, República Checa, Polonia, Turquía, Finlandia, Suecia, Francia y la Argentina.
Once premios Nobel de la Paz, entre ellos Adolfo Pérez Esquivel, le escribieron al presidente de Rusia, Vladimir Putin, para que retire los cargos presentados contra los activistas. Entre los galardonados que le reclamaron al jefe de Estado también se destacaron el arzobispo sudafricano Desmond Tutu y el ex presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta, que describieron las acusaciones como excesivas y señalaron que deberían ser consistentes con las leyes internacionales y rusas.
Aunque en un primer momento Putin los había acusado por piratería, ahora Moscú cedió levemente y pretende enjuiciarlos por “vandalismo”.
Ya llevan más de un mes tras las rejas y sus familias reclaman que sean puestos en libertad