Una situación de equilibrio entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el opositor socialdemócrata Geraldo Alckmin, es el escenario que reflejan las primeras encuestas conocidas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas el próximo 29 de octubre.
Una de las encuestas, de la empresa Datafolha, otorga al Presidente el 49 por ciento de los votos, contra el 44 por ciento de Alckmin, cerca del empate técnico, ya que el trabajo tiene un margen de error de dos puntos.
Por su parte, una encuesta de boca de urna realizada por el instituto Ibope que incluyó una simulación para la segunda vuelta otorgó 52 por ciento para Lula da Silva y 48 por ciento para Alckmin.
Con la totalidad de los votos escrutados, el presidente de Brasil se impuso con el 48,6 por ciento seguido por Alckmin con el 41,7.
Según titula hoy el diario Folha, “Lula ve riesgo de derrota y quiere redefinir campañas” por ello convocó ayer dos reuniones, la primera será con los ministros que componen su gobierno, en el palacio de Planalto y la segunda será con el comando general de campaña.
Tras el impacto de la noticia de una segunda vuelta, Lula reveló el deseo de alterar los rumbos de su campaña. Mostró sorpresa por el porcentaje de votos obtenidos por Geraldo Alckmin (PSDB) y se mostró preocupado por que el adversario se vuelva una amenaza concreta para sus planes de reelección.
En un primer análisis de los resultados el presidente atribuyó el segundo turno a la investigación que los adversarios hicieron del “dossiergate” y a su ausencia en los últimos dos debates presidenciales promovidos por la cadena de televisión Globo, por lo que el presidente ya anticipó que de cara a la segunda vuelta va a comparecer en todos los debates televisivos.
Por su parte el diario O Globo afirma que para los analistas Lula tiene más chances de ganar pero la pelota esta del lado de Alckmin.
Al conocer los resultados el candidato del Partido Social Demócrata Brasileño aseguró que va a "transpirar la camiseta" para obtener la victoria en la segunda vuelta y consideró que los resultados obtenidos por su formación dan cuenta de que el país y los estados necesitan "una mejor gobernabilidad" para implementar las reformas en un posible mandato suyo.
"Voy al segundo turno con una gran posibilidad de victoria y quiero dejar claro que voy a transpirar la camiseta para ser digno de la confianza todavía mayor del pueblo brasileño", afirmó Alckmin en la puerta de su casa. "Veníamos creciendo en los sondeos durante toda esta semana. En once estados acabé en primer lugar, y en la segunda vuelta, quien va a ganar es el pueblo brasileño, pudiendo comparar propuestas, pudiendo comparar planes de Gobierno", agregó.