Montevideo - El Senado uruguayo continúa hoy el debate de la despenalización del aborto en el marco del proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva, luego que ayer debió desalojar la Cámara debido a una amenaza de bomba que resultó falsa.
El vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, presidente del Senado, ordenó desalojar la Cámara y las gradas, repletas de público, tras recibirse la amenaza de bomba mientras los senadores fundamentaban su posición respecto a la polémica iniciativa. Un amplio despliegue policial y de bomberos revisó el recinto y determinó que se trataba de una flasa amenaza de bomba.
La sesión recomenzó, pero debido a la larga lista de oradores que aún restaba se votó por unanimidad un cuarto intermedio hasta esta mañana cuando se retomó el debate.
Los 31 senadores están divididos prácticamente en partes iguales. De las 17 bancas de la oficialista coalición de izquierda Frente Amplio, dos votarán en contra, según anticiparon los legisladores. Los únicos dos senadores opositores que apoyan el proyecto se encuentran de viaje y asisten sus suplentes. En uno de los casos, votará contra el proyecto y en otro, el legislador abandonará la sala. Se requiere una mayoría simple de los presentes para aprobar la iniciativa.
El presidente Tabaré Vázquez, oncólogo de profesión, rechaza el aborto y anticipó que vetará cualquier norma que despenalice esa práctica. "Por cierto ustedes lo saben: no comparto", dijo ayer a la prensa, ratificando su ya conocida postura.
El senador oficialista Alberto Cid, que votará en contra del proyecto pese a que ha apoyado la despenalización del aborto, dijo que "frente al anuncio público que hizo el Presidente de la República sobre el veto (...) como legisladores del gobierno tenemos la obligación (...) de proteger a nuestro presidente de un posible veto y de las consecuencias que tiene desde el punto de vista político y de la trascendencia social sobre la población".
El también oficialista Alberto Breccia, que apoya la iniciativa, destacó dentro del hemiciclo que "un cuerpo integrado mayoritariamente por hombres está decidiendo sobre un proyecto (...) que no nos afecta como varones (...) Estamos administrando un capital ajeno".
En Uruguay se producen 33.000 abortos al año, lo que equivale a unos 90 por día, según la exposición de motivos del proyecto que habilita a la mujer a "decidir la interrupción de su embarazo durante las 12 primeras semanas de gravidez" alegando situaciones de penuria económica, familiares o de edad.
Las gradas del Senado estaban pobladas con activistas a favor y en contra del aborto, y mientras duró la sesión de ayer, se mantuvieron en calma.
El lunes, grupos religiosos y laicos contrarios al aborto reunidos en la Coordinadora Nacional por la Vida, realizaron una manifestación en el centro de la capital. Entre otros participantes estuvo presente el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, quien señaló que "es una urgencia prioritaria que el Parlamento se oponga a esta ley", y dijo no tener dudas sobre "la coherencia del señor presidente. Estoy seguro que si sale (la ley) la va a vetar".
Los grupos que apoyan la despenalización del aborto realizaron una manifestación el pasado 28 de setiembre, y en las últimas semanas se han concentrado en buscar apoyos al proyecto. "No está claro qué va a pasar en el Senado, pero aprobar un proyecto sin la despenalización del aborto es como tomarnos el pelo", dijo Lilián Abracinskas, coordinadora de la Comisión Nacional de Seguimiento, Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía (CNS).
Según una encuesta de la empresa Factum, realizada en el último trimestre de 2006, el 61% de los uruguayos respalda la despenalización del aborto, 27% está en contra y 12% no opinó.