En el último documento que Edward Snowden filtró al diario The Guardian se indica que “un funcionario estadounidense filtró 200 números telefónicos de 35 líderes mundiales”, pero no se especifican los nombres de los mandatarios que fueron espiados. El periodista británico Glenn Greenwald, a quien Snowden confió sus archivos, ha explicado que no puede divulgar información sin chequear y por eso no publicó nada sobre la Argentina. Se desconoce, por ejemplo, si Cristina Kirchner estuvo entre los objetivos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
Aunque meses atrás el canciller Héctor Timerman criticó duramente los programas de espionaje de los Estados Unidos, esta vez la Cancillería no hizo ninguna mención sobre las nuevas revelaciones. En los primeros documentos que reveló Snowden, se indicaba que la Argentina formaba parte del espectro alcanzado por la NSA, aunque se aludía a controles de “baja intensidad” sobre ciudadanos.
En julio, en medio de una cumbre del Mercosur, Timerman dijo que “un alto funcionario de un país participante” en el cónclave le había facilitado documentación donde figuraban “los nombres de funcionarios, miembros del poder legislativo, periodistas y diplomáticos argentinos, acompañados de sus supuestos correos electrónicos”, que, aparentemente, estaban bajo la vigilancia de la NSA. Pero el canciller no quiso revelar su fuente y jamás pudo comprobarse la veracidad de la denuncia