En una definición clave para su pontificado, el papa Francisco pidió ayer a la Iglesia Católica que “actúe con decisión en lo que respecta a los casos de abuso sexual” y ratificó “la línea querida por Benedicto XVI” de tolerancia cero con los casos de pedofilia.
El Vaticano difundió ayer en un comunicado que Francisco recibió en una audiencia al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, y le encargó que promueva “ante todo medidas de protección de los menores, ayuda a quienes en el pasado sufrieron semejantes violencias y procesos contra los culpables”.
La Congregación es la institución que atiende las denuncias de abuso sexual contra sacerdotes. Jorge Bergoglio insistió “en modo especial” en que se continúe en la línea de su antecesor, Joseph Ratzinger, quien sufrió escándalos por casos de pedofilia durante su papado.
El Pontífice argentino también destacó la importancia del “compromiso de las conferencias episcopales en la formulación y actuación de las directivas necesarias en este campo”. Francisco subrayó que combatir los abusos sexuales es “importante para el testimonio de la Iglesia y su credibilidad”.
Fue la primera declaración que trascendió del Papa sobre este controvertido tema. Según el comunicado del Vaticano, Bergoglio también aseguró a Müller que “en su atención y en sus plegarias para los sufrientes, las víctimas de abusos sexuales están presentes en modo especial”.
En febrero, la Congregación para la Doctrina de la Fe reveló que en los últimos tres años habían llegado al Vaticano 1.800 denuncias de casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos, la mayoría ocurridos entre 1965 y 1985.
En 2010, por orden de Benedicto XVI, se actualizó el documento del Vaticano “De Delicta Graviora” sobre los delitos más graves contra la moral y los sacramentos. Se aprobaron normas como la ampliación a veinte años del tiempo aceptado para denunciar los abusos o la introducción del delito de difusión de pornografía infantil. En 2011, el Vaticano difundió entre todas las conferencias episcopales una guía para afrontar de manera “coordinada y eficaz” los casos de pederastia.
Esos fueron los principales avances de Ratzinger en el tema, quien asumió su papado clamando contra la “suciedad” clerical. Sin embargo, en los años posteriores llegaron las peores revelaciones sobre sacerdotes pedófilos en los Estados Unidos, Irlanda, Alemania, Bélgica, Italia y España, entre otros países. Los documentos del Vaticano difundidos en la prensa desnudaron que la curia romana había ocultado durante décadas denuncias contra clérigos e incluso obispos.
El propio Ratzinger había firmado algunos de esos papeles. Sin embargo, ante las noticias sobre niños y niñas abusados, miles de culpables y víctimas identificados con nombre y apellido, testimonios detallados, operaciones de protección e indemnizaciones en secreto, Benedicto XVI cambió el rumbo e impulsó la “tolerancia cero” que ahora promete reforzar Francisco.
Las víctimas estadounidenses de abusos por parte del clero habían exigido al Papa que actuara con rapidez y decisión en el tema.
El 15 de marzo, Bergoglio ya había dado una señal en ese sentido. Ese día, el Pontífice tuvo un casual y embarazoso encuentro en la Basílica de Santa María la Mayor con el ex arzobispo de Boston, Bernard Law, acusado de haber encubierto a 250 pederastas. “No quiero que frecuente esta basílica”, habría dicho, tajante, Francisco, según la prensa italiana.
¿Un Santo en la cancha?
En otro desafío al protocolo y la seguridad papal, Francisco habría expresado sus ganas de asistir al clásico de fútbol Roma-Lazio que se disputará el lunes.
Esa versión se conoció ayer, aunque fuentes de la Gendarmería del Vaticano consideraron “imposible” la presencia del Papa en la tribuna.
L’Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, aseguró que Jorge Bergoglio –hincha de San Lorenzo, conocido como el Santo– simpatiza con la Lazio por obra del abuelo de Marco Enzo Castroman, ex jugador del club italiano. Así, se dio por tierra con la suposición de que, por razones familiares, Bergoglio prefiriera a la Juventus, el gran equipo piamontés.
Es posible que el Papa evite pronunciarse por la Lazio para no contrariar a miles de hinchas de la Roma.