INTERNACIONAL
alemania impuso sus condiciones

Tsipras se ‘merkelizó’ a cambio del rescate

El primer ministro cambió su gabinete y echó al ala izquierda, incluido el argentino Ysychos. Berlín votó el tercer préstamo europeo a Atenas, que le exige más austeridad.

Ellos. La líder alemana, ayer en el Bundestag. El premier griego en un duro trance y con fuertes resistencias internas.
| AFP

agencias

Angela Merkel logró ayer que los diputados alemanes aprobaran el inicio de negociaciones para que Grecia reciba un tercer rescate, por 86 mil millones de dólares, pero hasta ahora se opone a una quita de la pesada deuda del país helénico.
“Sé que muchos de ustedes tienen dudas y están preocupados –dijo Merkel a los diputados del Bundestag que aprobaron la ayuda–, pero seríamos totalmente irresponsables si no tratáramos de tomar esta vía: la alternativa sería el caos garantizado”.
La aprobación del Bundestag se suma a la que ya dieron los parlamentos austríaco y sueco, y al visto bueno del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF), que aportará liquidez a Grecia bajo la forma de un programa de créditos.

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Ahora, Atenas y sus socios europeos deben ponerse de acuerdo en las próximas semanas, preferentemente antes del 20 de agosto, fecha en la cual Grecia debe hacer frente al próximo vencimiento importante de su deuda, para detallar las modalidades de la entrega del rescate, unas negociaciones que se perfilan tensas.
Pese a que esta semana en las capitales europeas se recibió con alivio el acuerdo que alejaba la perspectiva del temido “grexit”, es decir de que Grecia saliera del euro, el escepticismo prevalece. Ayer, ante el Parlamento alemán, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió que “esta última oportunidad” sólo funcionará “si los griegos movilizan todas sus fuerzas”.

Syriza “herida”. Las duras condiciones de la ayuda que recibirá el país, que no incluye una quita de la deuda, forzaron al primer ministro griego, Alexis Tsipras, a impulsar un cambio de gabinete para dejar fuera del gobierno a los ministros y otros funcionarios que se opusieron a las reformas exigidas por los acreedores. El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, fue confirmado, pero dejarán su cargo el de Energía, Panagiotis Lafazanis, y los viceministros de Trabajo, Dimitris Stratoulis, y Defensa, el argentino Costas Isychos, y la viceministra de Finanzas, Nadia Valavanis, que ya había dimitido.
El jefe del gobierno criticó la actitud de los 32 parlamentarios de su partido Syriza que votaron en contra del acuerdo con Bruselas y dijo que la formación sale “herida” y ahora depende de la oposición. Tsipras se comprometió a reformar los sistemas de pensiones, impuestos y el mercado de trabajo. Se trata de unas reformas mucho más duras que las que los griegos rechazaron mayoritariamente en el referéndum del pasado 5 de julio. Esta nueva dosis de austeridad, que se suma a la administrada a lo largo de los últimos cinco años, ha vuelto a sacar a los griegos a las calles y ha suscitado rumores de elecciones anticipadas.
El primer ministro, ya sin mayoría parlamentaria, reconoció que está en “desacuerdo” con varios aspectos del programa, y el ministro de Finanzas aseguró que la aceptación de las condiciones de los acreedores le “pesará toda la vida”.
El cambio de gabinete de hoy es la primera reforma de gran envergadura del gabinete desde la llegada al poder de Syriza, hace seis meses, y aparentemente es un mensaje para los acreedores, que siguen dudando de la voluntad y de la capacidad, del Ejecutivo de cumplir con sus compromisos.

Deuda. Uno de los principales puntos de fricción en las discusiones será la petición de que haya una reestructuración de la deuda, que supera los 300 mil millones de euros y representa un 180% del PBI.
Aunque el FMI ha defendido la quita y ha subordinado su participación en el rescate a esta reestructuración, Berlín sigue oponiéndose a una reducción del valor nominal de la deuda.
Mientras llega la nueva ayuda, Grecia cuenta ya con un crédito puente de 7 mil millones de euros para hacer frente a sus compromisos más urgentes, otorgado por los ministros de la Eurozona. Así, Atenas podrá hacer frente este lunes al pago de 4.200 millones de euros al BCE.

 

Schläuble, el ‘duro’ más odiado

Al alemán Wolfgang Schäuble se lo ve como una “amenaza para Europa” tras su demostración de intransigencia con Grecia, pero este europeísta convencido, defensor del cumplimiento de las reglas a ultranza, disfruta de una popularidad sin precedentes en su país.
Admite ser “despiadado” en su gestión del dinero de los alemanes y ha impuesto condiciones estrictas para las ayudas de las que Berlín es el mayor contribuyente. Los alemanes se lo agradecen, con una popularidad que llegó al 72%. Conservador y decano del gobierno de Merkel, se ha convertido a sus 72 años en una figura odiada para muchos europeos, que asocian su nombre a la detestada austeridad. Nacido en 1942 en Friburgo de Brisgovia, cerca de la frontera francesa, es una de las escasas personalidades políticas alemanas que conoció la guerra de pequeño. De ahí nació la convicción europea de este jurista que ayer reafirmó que la integración ha sido el credo de toda su vida, pero advirtió que una cosa es el corazón “y otra la cabeza, que debe decidir lo que funciona”. Desde 2010 ha hecho todo cuanto pudo para mantener la integridad de la Zona Euro, pese a su delicada salud agravada por un atentado de un desequilibrado que en 1990 lo dejó en una silla de ruedas de por vida.