El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó ayer a las protestas convocadas por sus seguidores para el próximo martes, 7 de septiembre, Día de la Independencia, como un “ultimátum” para dos jueces del Supremo Tribunal Federal (STF), que llevan adelante varias investigaciones que golpean de lleno al mandatario y a su familia.
“El recado que den ustedes, pueblo brasileño, en las calles el próximo martes 7 de septiembre, será un ultimátum para esas dos personas”, afirmó el mandatario durante un acto realizado hoy en Tanhacu, ciudad del interior estado de Bahía, en el nordeste del país, sin mencionar por su nombre a los jueces.
“Nosotros no criticamos a instituciones ni a los Poderes, pero no podemos admitir que una o dos personas usen el poder para dar un nuevo rumbo a nuestro país”, agregó. “Esas dos personas tienen que entender, este recado es para ustedes”, acotó. Pese a que no los citó por sus nombres, Bolsonaro se refirió a los jueces Alexandre de Moraes y Roberto Barroso, ambos del STF, a quienes ha criticado e incluso insultado a lo largo de las últimas semanas.
Moraes está a cargo de investigaciones sobre Bolsonaro ante la sospecha de que estaría vinculado a una “organización delictiva” que produce y divulga fake news desde el así conocido como “Gabinete del Odio”, que funcionaría en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia. Barroso, por su parte, preside el Tribunal Superior Electoral (TSE), que ha sido muy crítico con las frecuentes críticas del presidente al sistema de urnas electrónicas y a su denuncia de que en las elecciones de 2022 habrá fraude.
“Inclínense ante la Constitución, respeten nuestra libertad, entiendan que ustedes dos están en el camino equivocado porque siempre hay tiempo para redimirse”, insistió el mandatario.
Tensión. El clima de tensión política crece conforme se aproxima el 7 de septiembre, cuando Bolsonaro hablará en dos actos: por la mañana en Brasilia y por la tarde en la Avenida Paulista, la más importante de San Pablo. Según el presidente, estas manifestaciones convocarán a más de dos millones de personas y contarán con la presencia de policías en actividad, algo que ha generado mucha polémica.
La convocatoria a la marcha fue rechazada por el Congreso y el propio Supremo, y condenada por organizaciones empresariales, entidades financieras, sindicatos y los partidos políticos de la derecha más moderada, que en los últimos días han publicado manifiestos en defensa de la democracia y contra cualquier tipo de “aventura autoritaria”.
“Tengan la certeza, como militar juré dar mi vida por mi patria, así como todos ustedes juraron, en su subconsciente, dar la vida por su libertad”, puntualizó ayer el mandatario y ex capitán del Ejército.
Activistas de extrema derecha convocan a los actos en los que proponen concurrir armados, invadir los palacios del STF y el Congreso y reivindicar la implantación de un gobierno militar con Bolsonaro a la cabeza.
Policías. En la noche del jueves el presidente defendió la libertad de expresión, para reivindicar la presencia de policías militares en actividad en las manifestaciones. Fue una respuesta a una advertencia del Ministerio Público del Distrito Federal, que recordó que la “Constitución veta la participación de policías activos, con uniforme o no, en actos políticos”. Paralelamente, el Ministerio Público de San Pablo solicitó a la Procuraduría de la Policía Militar que adopte medidas punitivas contra los agentes que tomen parte de las manifestaciones.
Bolsonaro aseguró ayer: “Nosotros no precisamos salir de las cuatro líneas de la Constitución, pero si alguien quiere jugar por fuera de las cuatro líneas, nosotros demostraremos que podemos hacer valer la voluntad y la fuerza del pueblo”.
El mandatario se encontraba junto al pastor evangélico, Silas Malafaia, conocido por sus posiciones de extrema derecha, como defender el golpe de Estado y predicar contra el aislamiento social y el cierre de los templos debido a la pandemia del coronavirus.
Al hacer uso de la palabra en el acto de Bahía, Malafaia repudió la “ideología del infierno” de la que se valen algunos para “quitar la libertad religiosa y la libertad del pueblo”.
Ante el cuadro de situación, el titular del STF, Luiz Fux, afirmó que “en un ambiente democrático las manifestaciones públicas son pacíficas” al mismo tiempo que “la libertad de expresión no es compatible con la violencia y las amenazas”.
Gobernadores. Por otra parte, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, se reunió el jueves con gobernadores para evaluar el clima de inestabilidad política e institucional. Uno de los participantes en el encuentro con Pacheco fue el gobernador del estado de Espítiru Santo, Renato Casagrande.
“Estamos en una inestabilidad política permanente, y esto se agravó en los últimos días por los actos” del martes próximo, declaró ayer Casagrande. “Ayer (por el jueves) los gobernadores nos reunimos con el presidente del Senado para hacer un llamado al diálogo y a la defensa de la democracia, hay una preocupación generalizada, esperamos que los policías sean responsables” y no tomen parte en las manifestaciones, observó el gobernador.
Bolsonaro ha ido endureciendo su discurso de enfrentamiento con el Poder Judicial y con sectores del Congreso y la oposición a medida que las encuestas revelan su pérdida de popularidad y el avance en las mismas de su principal rival para las elecciones de octubre de 2022, Lula da Silva.
El último sondeo, divulgado ayer por el instituto PoderData, apunta que el índice de desaprobación del mandatario ultraderechista se ubica en el 63%.
Brasil contra el impuesto PAIS a los turistas
Agencias
El ministro de Turismo brasileño, Gilson Machado, criticó duramente el impuesto PAIS que la Argentina aplica a los gastos de tarjetas de crédito en dólares de turistas argentinos en el exterior, una medida “no democrática”, y advirtió que el gobierno de Jair Bolsonaro podría aplicar un impuesto similar a los turistas brasileños que visiten la Argentina.
“Tranquilamente podríamos cobrarles un impuesto de este calibre a los brasileños que van de turistas a Argentina, quitándoles una importante fuente de divisas al gobierno argentino, afirmó Machado.
El ministro también sugirió al presidente Alberto Fernández “que revise esa posición de cobrarle al ciudadano argentino un 30% en sus gastos en la tarjeta de crédito en Brasil”.
“Eso no es democrático. Imponer un 30% a los ciudadanos para ir a otros países. Principalmente a países del Mercosur”, afirmó el ministro.
En declaraciones a La Derecha Diario en la Convención de Acción Conservadores (CPAC), Machado dijo esperar que su declaración llegue al presidente Fernández y al ministro Martín Guzmán, para que “se sensibilicen respecto de lo que es el Mercosur y la importancia del flujo de turistas bilateral, porque a pesar de que Argentina mandaba más turistas hacia acá, los brasileños que iban a Argentina gastan más”.
“Si dejáramos de ir a gastar allá, sería peor para ellos. Somos el emisor más importante de turistas el uno para el otro, entonces hago un pedido a que Argentina revea su posición al menos en lo que se refiere a los países del Mercosur”, concluyó el ministro de Turismo brasileño.