Una enfermera de Dublin, Irlanda quedó ciega a causa de un parásito que se le pegó a su lente de contacto y le "devoró" una córnea.
La mujer, llamada Suszanne Dunne, contó que se duchó, se acostó y a las pocas horas se despertó sin poder ver. "El dolor fue como un cuchillo caliente ardiente a través de mi ojo", explicó en declaraciones al medio local DublinLive.
“He usado lentes de contacto por años. Ese día me di una ducha con mis lentes, lo que he hecho muchas veces, porque nunca me han dicho que no lo haga. Me entró un poco de picazón y, a medida que avanzaba el día, empeoró, pero pensé que había algo en mi ojo", agregó.
Ante esta situación y al acudir a un hospital, los médicos le explicaron que su repentina ceguera fue ocasionada por el parásito Acanthamoeba, que llegó a su ojo en la ducha: el agua caliente hace que se expanda y quedó atrapado en su lente de contacto. Permaneció internada 16 días.
“Tuvieron que ponerme un blanqueador en el ojo y me dijeron que contara hasta 10, que el dolor era tanto que he tenido que tomar morfina", relató en detalle la mujer al mencionado medio. Los profesionales que la asistieron lograron limpiar los nervios del ojo y ahora, conservan esperanzas en el hecho de que la ceguera no será irreversible aunque no pueden asegurárselo.
Una vez que la herida que causó el parásito en uno de sus ojos sane por completo, los especialistas podrán decirle si volverá a ver o no. Tras su experiencia, Dunne advirtió a los usuarios de lentes de contacto que tengan precaución al afirmar que "incluso una gota de agua" puede causar daños graves.
No tan inusual. Lo que le ocurrió a la enfermera, según los expertos le sucede a 1 de cada 50.000 usuarios de lentes de contacto. Para evitarlo, los facultativos recomiendan extremar las precauciones después de utilizarlos en una ducha o bien; después de hacer deporte o nadar, dado que aumentan los riesgos de padecer lo mismo por lo que atravesó esta mujer irlandesa.