dpa/ap/afp
Desde Caracas
La crisis y la dificultad, sostenida en los días y en los meses, para encontrar en Venezuela productos tan básicos de consumo como leche, harina y hasta papel higiénico, disparó la creatividad y el ingenio. Un joven venezolano ideó una aplicación para descargar en los teléfonos en la que los usuarios se avisan dónde están disponibles los productos más buscados.
Jose Augusto Montiel, un joven de 21 años cansado de ver a sus padres ir de supermercado en supermercado, creó la red social Abastéceme, que en un mes ya tenía la versión de Android y cuenta ya con unos 4.000 usuarios activos.
“Tal vez no iba a solucionar el problema de la producción o el abastecimiento, pero tenemos herramientas para tratar de aligerarle la vida al venezolano”, le explicó Montiel a BBC Mundo.
Con Abastéceme, señala Montiel, quien busca un bien como el aceite, que también escasea, verá señalado en un mapa dónde un usuario ha reportado que hay. Basta hacer clic para que indique la ruta a seguir.
La aplicación por el momento sólo está disponible para Android. Próximamente saldrá la versión para Blackberry. “Quisiera sacarlo para iPhone, el problema es que se necesita un equipo Mac y no tengo los recursos. Cuando se preste la situación, lo dispondré”, confesó el joven venezolano.
La información presentada por el Banco Central de Venezuela sobre la gestión del primer trimestre reveló que la actividad económica en el país se desacelera, hay una sequía de divisas, los precios se disparan, aumenta la escasez de bienes, mientras persisten los desequilibrios en las cuentas.
Esa radiografía preocupa al gobierno de Nicolás Maduro porque la inflación se alejó de la meta del 16% y en cuatro meses los precios acumularon un aumento de 12,5%, y, en paralelo, la escasez subió a 21,3%.
Además las reservas internacionales líquidas del país han caído a niveles críticos, lo que podría obligar a Maduro a aplicar una devaluación. La devaluación, que sería la tercera aplicada desde febrero, es necesaria para tratar de defender lo poco que queda de las reservas internacionales líquidas, que rondan los 2.500 millones de dólares.