Washington - Veteranos de guerra estadounidenses que interrogaron a prisioneros nazis durante la Segunda Guerra Mundial criticaron en duros términos las técnicas usadas en la actualidad para obtener informaciones de presuntos terroristas.
Así lo informó hoy el diario Washington Post que publicó que los responsables de interrogar a casi 4.000 prisioneros de guerra alemanes en una base militar en Fairfax, Virginia, no habían hablado mucho acerca de sus métodos hasta una ceremonia de veteranos realizada ayer cerca de Alexandria.
Allí, varios de ellos contrastaron la forma en que se realizaban los interrogatorios con los actuales, que grupos de derechos humanos y civiles han calificado de tortura.
"Durante los muchos interrogatorios, nunca puse mis manos sobre nadie", declaró George Frankel, de 87 años, al periódico. " Extraíamos información en una batalla de agudeza mental. Estoy orgulloso de decir que nunca comprometí mi humanidad". Las declaraciones coinciden con la defensa que hizo el viernes el presidente George W. Bush de las duras medidas de interrogatorio usadas por los servicios secretos estadounidenses y su negativa a que se las pueda calificar de tortura.
Bush se defendía así de un informe del New York Times acerca de un memorándum secreto del gobierno estadounidense de 2005 que autorizaba explícitamente tácticas que incluían bofetadas en la cara, simular el ahogamiento de los detenidos y someterlos a frío extremo. Los veteranos de la Segunda Guerra Mundial interrogaron sobre todo a científicos y tripulantes de submarinos alemanes, a veces durante semanas y sin informar a la Cruz Roja, tal como exige la Convención de Ginebra.
Pero los antiguos combatientes señalaron que sus transgresiones no pueden usarse para justificar los procedimientos actuales. "Siento que los militares nos usan para decir:'Hicimos algunas cosas espeluznantes entonces, así que está bien hacerlas ahora'", afirmó al Post Arno Mayer, de 81 años y profesor de historia europea en la Universidad de Princeton.
Fuente: DPA