Al menos 18 personas murieron en una masacre en la mina de platino de Marikana, al noroeste de Sudáfrica, cuando la policía local abrió fuego sobre un grupo de trabajadores que reclamaba un aumento salarial.
Las imágenes fueron capturadas por la televisión local e internacional y dieron la vuelta al mundo al recordar las épocas más oscuras del apartheid sudafricano. Según los agentes de policía, los mineros, que reclaman un salario de 12.500 rands (o 1.250 euros, el triple del actual), se lanzaron a atacarlos con machetes, lo que motivó la apertura de fuego.
La huelga comenzó el 10 de agosto pasado y paralizó la producción de la mina, el tercer productor de platino más grande del mundo. Aún no hay cifras oficiales de las víctimas, pero el británico diario The Guardian reportó al menos 18 muertos.
"Estamos shockeados e impactados por esta violencia sin sentido. Creemos que hay suficiente espacio en nuestra democracia para resolver cualquier disputa a través del diálogo sin romper la ley ni caer en la violencia", expresó el presidente Jacob Zuma al condenar la masacre.