INTERNACIONAL
la eleccion mas decisiva de 2017

Vota Alemania: amplia ventaja de Merkel y temor por la ultraderecha

La canciller es la gran favorita, pero preocupa el posible ingreso de los nacionalistas radicales al Parlamento. Dos caras del “milagro alemán”.

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Tractorcito. A base de estabilidad económica y liderazgo global, Merkel llega a las urnas con una ventaja de cerca de veinte puntos. | AP
Con pronósticos de un amplio triunfo de la canciller Angela Merkel y con dudas e incertidumbre sobre la cantidad de votos que obtendrá la extrema derecha, los alemanes acudirán hoy a las urnas para votar en unas elecciones generales que definirán la composición del próximo gobierno de coalición. Las últimas encuestas auguran una victoria de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel por una ventaja de dos dígitos sobre su rival socialdemócrata, Martin Schulz (SPD). La gran incógnita es si la ultraderecha, representada por Alternativa para Alemania (AfD), logrará alcanzar el tercer puesto y entrar al Parlamento por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Tras doce años en el gobierno, Merkel llega a estos comicios con serias chances de conseguir un cuarto mandato y alcanzar el récord de permanencia en el poder de su mentor, Helmut Kohl. El resultado electoral determinará quiénes acompañarán a la CDU en la nueva administración, en un país en el que el sistema parlamentario obliga a gobernar en cooperación con otros partidos. Hay dos grandes posibilidades: que se reedite la actual Gran Coalición entre los democratacristianos y los socialdemócratas; o que la CDU comparta gobierno con el Partido Liberal y Los Verdes.

Según los sondeos, Merkel alcanzaría cerca del 37% de los sufragios, mientras que Schulz no pasaría del 24%, un caudal decepcionante para su partido. En cuanto a los ultranacionalistas de AfD, las encuestas señalan una intención de voto del 8% al 12%, aunque muchos analistas temen que el potencial electoral de la extrema derecha haya sido subestimado.

Un tercer puesto de AfD implicaría un problema de gobernabilidad ya que ningún partido está dispuesto a pactar con los nacionalistas radicales. La cuota de incertidumbre se debe al alto número de electores indecisos: un tercio de los alemanes aún no sabe a quién votar. Aunque es probable que una buena parte de ellos termine cayendo en la abstención, la sombra de AfD se agigantó en la recta final de la campaña.

El ascenso de la extrema derecha es la contracara del “milagro económico alemán” que sostiene el éxito político de Merkel. En un país de mayoría conservadora, la figura de la canciller se asocia con estabilidad económica, mesura financiera y pleno empleo. Tres cuartos de los alemanes dicen estar satisfechos con su situación personal. Merkel incluso superó los cuestionamientos de propios y ajenos que recibía meses atrás por su postura ante la crisis de los refugiados.

Sin embargo, dos factores estructurales podrían jugar en favor de AfD en estas elecciones. En primer lugar, el peso específico de los votantes de la tercera edad, un sector de la población con amplia representación en el padrón y bajos índices de abstención, que se siente decepcionado por el estancamiento de las pensiones y jubilaciones. Conscientes de ese flanco débil, los detractores de Merkel buscaron instalar durante la campaña que la CDU pretende elevar la edad jubilatoria, algo que fue desmentido por la propia canciller. Aun así, más del 40% de los simpatizantes de AfD declara tener más de 55 años.

Al mismo tiempo, el pleno empleo alemán oculta la frustración del segmento menos pudiente de la población, compuesto por jóvenes y ancianos a quienes la desregulación del mercado laboral ha empujado a empleos precarios que no se condicen con la presunción de bienestar generalizado. La inestabilidad de esos trabajadores, sumada a la política de apertura de Merkel hacia cientos de miles de inmigrantes que se instalaron como refugiados en Alemania, resultó en un obvio caldo de cultivo para las aspiraciones de la extrema derecha. Lo cual no es un dato menor en torno a las elecciones de la cuarta potencia económica del mundo y la primera de la Unión Europea.