Las fuerzas de seguridad intervinieron masivamente este lunes en varias ciudades de Siria, provocando al menos 25 muertos en Deraa, una ciudad del sur del país donde comenzó el movimiento de protesta contra el régimen hace seis semanas, informaron militantes.
Más de 3000 miembros de las fuerzas de seguridad, apoyados por tanques, entraron en aquella la ciudad agrícola -de unos 75 mil habitantes-, según militantes locales de derechos humanos. "Los hombres disparan en todas direcciones y avanzan detrás de los blindados", declaró en Nicosia el activista Abdala Al Harriri. "Los hemos visto con nuestros propios ojos. Estaban en un coche que fue acribillado a balazos", indicó otro testigo.
Con estos ya son 366 los muertos en Siria desde el inicio del movimiento de protesta el 15 de marzo, según cifras compiladas la agencia de noticias francesa AFP.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió este lunes "el cese inmediato de los asesinatos en Siria", y consideró "inaceptable" la "reacción errática y violenta" del gobierno sirio ante los "manifestantes pacíficos".
"Los minaretes de las mezquitas hacen llamados de socorro. Las fuerzas de seguridad han entrado en las casas. Hay un toque de queda y disparan contra quienes salen de sus hogares. Incluso han disparado a las reservas de agua que hay sobre los techos, para dejar a la gente sin agua", añadió el testigo.
Según otro militante que pudo entrar en contacto con Deraa, "hay cadáveres en las calles", que la gente "no puede recoger". Según él, "la electricidad está cortada y las comunicaciones telefónicas son casi imposibles".
Pese al anuncio de reformas como la derogación del Estado de Emergencia (régimen de excepción equivalente al estado de sitio) y de los tribunales de excepción, el régimen del presidente Bashar Al Assad sigue reprimiendo las manifestaciones, según los opositores y ONG internacionales.