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Zapatero ve con alivio la partida de Bush y con esperanza la llegada de Obama

La presidencia del ex senador estadounidense abre grandes expectativas en las maltrechas relaciones entre España y Estados Unidos.

Las elecciones ganadas por Obama fueron una gran noticia para el presidente español Rodríguez Zapatero.
| dpa

La mejor noticia del año que acaba de terminar fue para el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Así lo admitió el propio jefe del Ejecutivo socialista. Y es que la presidencia del ex senador abre grandes expectativas en las maltrechas relaciones entre ambos países.

Los años en los que Zapatero y George W. Bush han coincidido al frente de sus países no han sido los mejores para los lazos bilaterales. Se enturbiaron ya cuando el socialista llegó al poder en 2004 e, inmediatamente, retiró las tropas españolas de Irak.

El repliegue de los soldados enviados al país del Golfo por el anterior gobierno de José María Aznar, que entabló una relación de amistad con Bush, sentó muy mal en Washington, igual que la decisión de no invitar a soldados norteamericanos a desfilar, como en los dos años anteriores, en la fiesta nacional del 12 de octubre.

Zapatero echó más leña al fuego cuando sugirió al resto de los países involucrados en Irak que retirasen también sus tropas. Y la postura española respecto a Cuba, con la que el Ejecutivo socialista fomentó un diálogo directo, tampoco gustó nada a Estados Unidos.

La consecuencia directa es que en algo más de cuatro años no ha habido ninguna visita oficial de Bush a Madrid ni de Zapatero a la Casa Blanca, con la excepción de la presencia del socialista en la cumbre del G20 en Washington, a la que el presidente de Estados Unidos no lo invitó, pero a la que asistió gracias a Nicolas Sarkozy.

Los encuentros entre Zapatero y Bush, además, se han visto reducidos a intercambios de palabras intrascendentes durante sólo unos segundos en las cumbres internacionales.

Con este panorama no es de extrañar que Zapatero esté convencido de que España y Estados Unidos mantendrán en la era Obama una "relación más fluida y positiva", según aseguró el propio jefe del Ejecutivo español tras las victoria del dirigente demócrata. Tendrá en el país europeo a "un amigo y aliado fiel", manifestó Zapatero.

Con Obama comienza pues una nueva etapa en la que se da por seguro que habrá un contacto directo entre los dos líderes políticos, así como que se potenciará una cooperación cuyos buenos resultados en áreas como la lucha contra el terrorismo han quedado en parte eclipsados por el distanciamiento entre Bush y Zapatero.

Esos nuevos lazos podrían concretarse pronto con una mayor implicación española en Afganistán, donde Obama cambiará de estrategia.

"La nueva presidencia norteamericana trae un cambio de prioridades, porque va a concentrar el esfuerzo militar donde está la verdadera amenaza y, por tanto, es un motivo de esperanza", dijo recientemente a los militares españoles en Afganistán la ministra de Defensa, Carme Chacón, aludiendo así al propósito del nuevo presidente norteamericano de comenzar la retirada de Irak y duplicar hasta casi 60.000 los efectivos en Afganistán.

Hasta ahora, Zapatero se había resistido frente al gobierno de Bush a enviar más militares españoles al país asiático, donde hoy hay cerca de 800. Pero se da casi por descontado que Obama le pedirá, como al resto de los aliados de Estados Unidos, un incremento del esfuerzo en Afganistán. Y muy posiblemente, Zapatero accederá.

Pero no sólo el gobierno español contempla un nuevo y positivo panorama. La relación entre Zapatero y Bush "no ha sido la que podía haber sido" y con Obama "sí puede haber la oportunidad de que (ambos) se encuentren y se conozcan", admitió el embajador estadounidense en España, Eduardo Aguirre, una persona cercana a Bush.

"Nuestras relaciones con España no estarán sujetas nunca más a si estamos de acuerdo o no con la política española hacia Cuba o Irak", manifestó recientemente Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, una asociación estadounidense que agrupa a las principales multinacionales que invierten en América Latina.

Ya antes de las elecciones presidenciales de noviembre, miembros del gobierno español como el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, o el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, se entrevistaron en Estados Unidos con representantes del equipo de Obama con el objetivo de ir edificando ya una buena relación.

El Ejecutivo español está convencido de que Zapatero será uno de los primeros líderes internacionales que se entrevistará con el líder demócrata cuando éste, con la investidura del 20 de enero, sea ya oficialmente presidente de Estados Unidos.

Pero a falta de confirmación, lo que sí es seguro es que ambos se verán en la cumbre que la OTAN celebrará en abril. Y la presidencia española de la UE en el primer semestre de 2010 brindará la ocasión de tener a Obama en España con motivo de la cumbre UE-Estados Unidos.