Cuando parecía que su regreso a Tegucigalpa era concreto, el presidente depuesto Manuel Zelaya, luego de pisar suelo de Honduras, tuvo que volver a Nicaragua ante las amenazas de arresto del gobierno de facto de Roberto MIcheletti, que lo acusan de promover un "baño de sangre" con su actitud. Ahora "Mel" esperará nuevas negociaciones diplomáticas antes de intentar ingresar otra vez a su país.
Ante la presencia de decenas de medios internacionales, "Mel" cruzó cerca de las 18 (hora argentina) la frontera por el paso de Las Manos, en Nicaragua. La decisión Zelaya fue tomada pese a que las fuerzas de seguridad tenían órdenes de arrestarlo.
Minutos antes de la llegada de "Mel", Alan Fajardo, ministro asesor de Zelaya, dijo a la agencia DPA que la caravana se detuvo debido a la información recibida de que efectivos militares dispararon contra manifestantes que apoyan a Zelaya. Ante los medios de prensa, el presidente derrocado volvió a asegurar que el gobierno anticonstitucional de Roberto Micheletti es "ilegal".
"Queremos darle una lección a los golpistas", aseguró Zelaya. El presidente derrocado aseguró que convocaría "al diálogo", al tiempo que agregó que lo primero tras regresar será "llamar a un diálogo, hablar con la gente, soy un hombre de paz".
Por su parte, el gobierno de facto de Honduras denunció que la actitud del presidente derrocado busca promover la "subversión y un baño de sangre", en un comunicado leído por la vicecanciller Martha Lorena Alvarado.
Alvarado indicó que si Zelaya regresa será detenido y pidió a la Cruz Roja Internacional que "sea testigo del respeto de los derechos humanos del señor Zelaya cuando se lo arreste".
Aunque la llegada de Zelaya a la frontera fue transmitida por las cadenas internacionales de televisión, los medios locales hondureños la ignoraron y mantenían sus programaciones habituales. Radio Globo de Tegucigalpa, fue la única emisora que ha mantenido una línea editorial crítica al gobierno de facto.
Pobladores de Las Manos recordaban a los periodistas episodios de los años 80's, cuando grupos de la "contra" nicaraguense se refugiaban en campamentos situados en Honduras. Desde allí atacaban a las fuerzas del gobierno democrático sandinista, lo que puso otra vez en primer internacional al paso fronterizo.
Fuente: AFP y DPA