El periodista Ángel de Brito habló en Modo Fontevecchia por Radio Perfil (FM 101.9) acerca del conflicto entre Luis Majul y Alfredo Casero, luego de que el actor abandonara a los gritos el programa por LN+ que Majul conduce.
Queremos compartir un análisis del conflicto entre Alfredo Casero y Luis Majul. Desde un periodismo más político nos sorprende cierta forma de agresividad en cámara, ¿cuál es tu análisis de lo que pasó en el programa de Majul?
Estoy muy acostumbrado a este tipo de discusiones porque se dan habitualmente en los realities, en los programas de espectáculos. Conozco a estos dos personajes: con Luis trabajé y a Casero lo entrevisté un millón de veces y siempre me tocó el Casero más aburrido, jamás gritó, se expresó bien, nunca se fue enojado de ninguno de mis programas. Cuando llevan a este tipo de personajes sabe con qué fin, no podemos pecar de inocentes. Últimamente hay unas ganas de buscar este tipo de invitados porque dan rating. Casero es interesante, si vos lo provocás sabés cómo va a terminar. Si lo provocás sabés que riesgo corrés.
¿Se lo pincha para que reaccione?
Está totalmente buscado, nadie puede prever la reacción final pero se busca la polémica. Majul es muy impaciente, es muy de interrumpir a los entrevistados y eso a Casero le molesta como le pasa a otras figuras que van a los programas y quieren hacer monólogos eternos y desplegar todo su arte, su gracia y su conocimiento. Chocaron pero no me sorprende.
Los programas políticos están copiando la cultura de los programas de espectáculos y los realities y descubrieron que la forma de atraer al público es usando las mismas técnicas e incluso usando los mismo personajes o eligiendo a aquellos personajes que tenían una actitud más cercana a la locura por decirlo de alguna manera?
Usan las herramientas del reality o de los programas de espectáculos, cierta parte del periodismo como Majul, Feinmann, Viviana Canosa, varios que están en ese tono de reality permanente, en esa tele de descargo, de enojo, de yo te quiero contar mi opinión permanentemente. A mí me aburre un poco, me gusta más escuchar al invitado cuando lo tengo. Casero es un tipo interesante, me parece que hay que escucharlo, podés debatir pero se busca ese final, ese show, se busca el exabrupto, es totalmente buscado. Si vos llevas a Amalia Granata sabés lo que piensa, qué cosas puede decir y qué cosas puede provocar. Uno sabe a quién invita y qué busca de ese personaje.
Eduardo Feinmann apuntó contra Luis Majul tras la fuerte pelea con Alfredo Casero
En un momento se dijo que el ejemplo de 6-7-8 se había hecho carne en la cultura televisiva y que ahora había una versión de ese programa pero de derecha. Hay un libro que dice: "la rebeldía se volvió de derecha". ¿Hay una tendencia ideológica a utilizar estas herramientas más de show por parte de programas o columnistas que tienen orientación más de derecha, como en el caso estadounidense de Trump y la Fox?
Están imitando ese modelo de Fox, que es muy rendidor. Siempre la tele de derecha rindió más en números. En este momento se da un fenómeno más fuerte que es lo que pasa con esos periodistas que te nombraba antes y algunos más, que lo vieron venir, lo descubrieron y lo están aprovechando. Están dando en la tecla de lo que mucha gente quiere escuchar, mucha gente que está enojada se siente representada por todos estos conductores que viven a descargo permanente.
Encontraron ese nicho y lo están aprovechando a full y está muy bien. 6-7-8 se trasladó más a las redes que a la tele, lo que están haciendo es lo que hizo Intratables hace diez años, la discusión fuerte, un poco de griterío, de show. Descubrieron esa veta y la están explotando a full y los números le responden muy bien, miden mucho más que muchísimos programas de aire, y tienen más repercusión que cualquier noticiero de la tele abierta.
¿Qué cambios hubo para que hoy lo mismo sea leído de manera distinta?
El humor social, y eso que estamos en una época en la que todo es políticamente correcto. Es el mismo Baby Etchecopar que estaba en Radio 10 y hoy está en América 24, y es la misma Viviana Canosa que antes criticaba a Baby por el tipo de programa que hacía y hoy lo está haciendo. Se dan cruces impensados entre Lanata y Feinmann, entre Jonathan Viale y Feinmann. Para el afuera eran muy cuestionados y hoy están compartiendo pantalla, hoy hinchan para el mismo lugar, comparten ideología. Cambió el público evidentemente.
¿Cambió algo en el gusto de la sociedad?
El público cambió de silla, el que tenía Radio 10 hace 20 o 30 años, hoy lo tiene Radio Mitre. Esto que hoy representa LN+ o América 24 inicialmente lo tuvo TN, después C5N, apelando al show. Hoy la tele se fue para otro lado.
En el 2002 la salida de la crisis era hacia el progresismo, hacia la centro izquierda. Hoy parece que hay un cambio de ideología.
Esa izquierda maquillada ya no representa a tanta gente o al menos no a la mayoría, y eso es de lo que se quejaba en el fondo Casero, que los periodistas están inflando a Milei. Pero yo creo que no lo están inflando, lo sentás en un programa y tiene mucha repercusión porque la gente lo quiere escuchar, está representando algo, más allá de que lo cumpla, de sus intenciones, su discurso representa a mucha gente que se cansó de todos los otros.
AVS PAR