Aunque Argentina volvió a ubicarse muy abajo en el ranking, la decisión de cerrar escuelas durante la pandemia no parece haber impactado en su posición.
Pruebas PISA: dos interpretaciones en disputa |
Télam
Los últimos resultados de las pruebas PISA, que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos usa para medir el rendimiento educativo de los alumnos, dejaron a la Argentina en el puesto 66 sobre 81 participantes, en un ranking liderado por Singapur. En nuestro país, la muestra se hizo sobre 12 mil estudiantes de 15 años, en 460 escuelas.
Para el Observatorio de Argentinos por la Educación, la fase preocupante del informe es que siete de cada 10 estudiantes no pueden resolver un cálculo matemático básico para su edad, mientras que en Lengua, el 55% no pueden encontrar información ni identificar la idea principal de un texto. El país quedó por debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica y México.
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Además, menos del uno por ciento de los alumnos mostraron resultados avanzados en Matemática, lo que implica modelar situaciones complejas, seleccionar, comparar y evaluar estrategias apropiadas de resolución de problemas. “Los estudiantes de mayor nivel socioeconómico en el país se desempeñan como los de menor nivel en Turquía, Estados Unidos y Francia”, comparó ante Clarín Alejandro Ganimian, especialista en evaluaciones educativas de la Universidad de Nueva York.
El Ministerio de Educación decidió focalizar la noticia desde otro ángulo. En un comunicado subido ayer al portal del Estado Nacional, recordó que “las pruebas revelaron un deterioro en los puntajes promedio en la mayoría de los países y regiones del mundo en las tres áreas evaluadas con respecto a 2018”. En ese sentido, apuntó que -tras la pandemia- la caída de Argentina en lectura fue de 0,8 puntos, mientras que en Latinoamérica fue de ocho. En Matemática se perdieron dos puntos a nivel nacional, pero 15 a nivel regional. Y en Ciencia hubo una mejora de dos puntos, contra una caída de cuatro en los países vecinos.
Las naciones desarrolladas, sobre todo las nórdicas, también mostraron rendimientos considerablemente menores a los de 2018. En este punto, el cierre de escuelasdurante la fase de aislamiento en Argentina parece no haber tenido el impacto marcadamente negativo que la oposición buscó instalar. Y en otro dato llamativo, los estudiantes de menor desempeño y de clase baja tuvieron una evolución más favorable que los de mayor desempeño y más acomodados. Más allá de las preocupaciones y las desigualdades, quizá se trate de una oportunidad para reafirmar el valor de la educación pública y sus potencialidades de progreso.
