Luego del peor final de la novela en cuanto a la llegada de Edinson Cavani a Boca y un mercado de pases austero llegó una buena noticia para la dirigencia xeneize. Chiquito Romero puso la firma hasta diciembre de 2024 y se convirtió en uno de los nuevos defensores de los tres palos boquenses. Ante la inminente salida de Agustín Rossi la llegada de Romero trae experiencia y alivio para lo que se viene.
Horas movilizantes nuevamente en el mundo Boca con los focos puestos en la llegada de nuevas figuras para nutrir el plantel. Un mercado de pases que se torna cada vez más complejo para los equipos del ámbito local (Boca solo pudo traer a sus filas a Facundo Roncanglia y Martín Payero) que deben apelar a jugadores que están en su recta final y quieren cerrar sus carreras en el país. De no darse esa fórmula, traer alguna figura estelar del plano internacional es una misión casi imposible.
El único caso reciente es la llegada de Miguel Borja a River, que tuvo que desembolsar una cifra millonaria. En sintonía con el Millonario quien tuvo un tira y afloje con el conjunto de Núñez fue Luis Suárez, el artillero uruguayo que estuvo muy cerca de traer sus goles al fútbol argentino. Luego resultados deportivos adversos definieron que el Pistolero no desemboque en River finalmente.
Agustín Rossi ilusiona a Boca Juniors con una drástica decisión
Boca no quiso ser menos y hace tiempo viene con la idea de seducir a Edinson Cavani, el otro delantero del seleccionado uruguayo y que ha brillado en el fútbol europeo. Cuando parecía que el ex Napoli había dado el ok y que llegaría a Argentina para ponerse la casaca Xeneize este dio marcha atrás y la ilusión se esfumó.
Para contrarrestar la no noticia de la llegada de Cavani, quien sí puso la firma fue Chiquito Romero. El Consejo de Fútbol tenía la intención de que una vez que culmine el partido con Platense ya tendría ambos pases cerrados, el de Sergio y el de Edinson. Un panorama perfecto para calmar las aguas. Lo cierto es que uno llegó y el otro no.
Si bien Cavani traería goles, experiencia y jerarquía el verdadero apuro en Boca era conseguir un arquero que pueda suplir a Agustín Rossi que está más afuera que adentro. El jugador de 26 años se había convertido a base de grandes actuaciones en una pieza clave del Xeneize, sobre todo siendo vital en los penales que le dieron más de una alegría en los últimos años al conjunto de la Ribera. A sus 35 años Romero llega a un nuevo club y el segundo en el fútbol argentino.
El Chiquito surgió de las inferiores de Racing para luego tener un largo trayecto en el Viejo Continente. Su último club fue el Venezia del fútbol italiano donde atajó tan solo 16 partidos con 33 goles en contra.
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Lo cierto es que Romero no venía teniendo la regularidad que un arquero necesita para alcanzar su mejor nivel. Lesiones y un bajón desde lo futbolístico alejaron al ex Manchester United de su mejor versión. De hecho, Romero no ve acción desde el 6 de marzo, algo que puede cambiar en el correr de días ya que desde el entorno del jugador aseguraron que está para atajar el próximo fin de semana ante nada menos que Racing.
Parece que es una cuestión del destino porque el mismo Romero aclaró en conferencia de prensa que es hincha de la Academia, pero que hoy se debe a Boca y que afrontará esta etapa como un profesional dejando de lado las pasiones.
En consecuencia, Romero llegó a Boca para reforzar el arco firmado su vínculo con el club hasta diciembre de 2024. De esta manera con la llegada de una de las figuras de la selección en Brasil 2014 quien quedaría relegado es Agustín Rossi.
Si bien Rossi tiene contrato hasta diciembre en Boca quieren marcar la cancha y ante la negativa de la propuesta que ofreció el club el arco pasaría a tener nuevo dueño. Así es cuestión de días y que Romero se termine de acomodar para pasar a ser el defensor de los tres palos xeneizes. ¿El futuro de Rossi? Cada vez más incierto. Lo único que pareciera ser una certeza es que no será con el buzo boquense.
BL PAR