OPINIóN

Alberto en clave Scaloni

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Ginés, Felipe y el Chivo Rossi. Di María, Otamendi y el Kun Agüero. Tridente de veteranos rodeado de caras frescas, que solo dejaba una gran incógnita: ¿en qué momento de este nuevo ciclo político, inédito en el peronismo, Alberto F iba a marcar el número del Leo Messi de la economía?

En tal sentido, Alberto F enfrentaba el mismo dilema de Scaloni al comando de la Selección. Una primera estrategia posible era apostar un pleno a que Messi arrancara de entrada con la batuta y, a partir de allí, configurar un equipo de sus amigos. Leo y diez más.

Una segunda variante posible, la finalmente elegida por Scaloni, un tanto por decisión propia y otro tanto por el azar de la frustración mundialista, más la rabieta de la Copa América, era armar un esquema nuevo y traerlo en todo a caso a Leo a jugar dentro de él.

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En primer lugar, por el propio hartazgo de los malos resultados anteriores, la frustración de Rusia 2018 en especial, pero también por la propia supervivencia futura del nuevo DT. Un nuevo derrape del astro no solo acabaría con la presencia de nuestro gran crack nacional, sino que arrastraría al abismo a Scaloni, e incluso a las ignífugas autoridades de AFA.

Cualquier parecido con la realidad de Alberto no es mera coincidencia. En la medida en que no esté estabilizado este peligroso experimento con centro político en una Cristina que nominó tanto a Alberto como al gobernador bonaerense Axel Kicillof, resultaría de altísimo riesgo depositar la suerte de todos en manos de un superministro de Economía, onda la Alianza con Domingo Cavallo.

Ello no significa que Fernández no duerma por un buen tiempo con un dedo puesto en el botón de pánico. Más aún, le será imposible eludir un profundo reordenamiento económico que, sí o sí, demanda una verdadera autoridad en la materia. Esa que no pasa necesariamente por la acumulación de PhD, sino por la condición de oráculo de la tribu, aquel a quien escuchan y obedecen. ¿Lavagna, Redrado, Melconian? ¿Guzmán, un hallazgo? El tiempo lo dirá, muy pronto, Alberto.

 

(*) Analista político y consultor.