OPINIóN
A 52 años de su secuestro y muerte

Aramburu y el inicio de la relación con el FMI

Su gobierno de facto es recordado por numerosos hechos atroces que marcaron a la sociedad argentina. Sin embargo, poco se recuerda sobre el ingreso de la Argentina al FMI que condenó a la Argentina a una millonaria deuda y dependencia con el organismo internacional.

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Pedro Aramburu | CEDOC-TELAM-REDES

Tras 52 años del asesinato de Pedro Eugenio Aramburu, su gobierno de facto es recordado por numerosos hechos atroces que marcaron a la sociedad argentina. Años después de la dictadura que sufrió el país, en 1970 un grupo de jóvenes peronistas ajustaron cuentas con él por los fusilamientos  de peronistas en junio 1956, entre otras causas. Sin embargo, poco se recuerda sobre el ingreso de la Argentina al FMI por iniciativa del presidente de facto, que condenó a la Argentina a una millonaria deuda y dependencia con el organismo internacional.

 

Años previos: el rechazo de Perón al FMI

En los últimos 70 años, la Argentina estuvo condicionada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ningún gobierno escapó a las presiones, sino que todos estuvieron pendientes o asfixiados por las exigencias del organismo financiero.

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La historia del FMI se remonta años atrás cuando fue creado en una conferencia organizada por los países aliados en Breton Woods (Estados Unidos) en 1944. Estados Unidos y sus aliados, ante el inminente triunfo en la Segunda Guerra Mundial sobre la Alemania nazi, empezaron a vislumbrar el mundo económico de la posguerra. En aquel tiempo, en nuestro país emergió la figura de Juan Domingo Perón, que se consolidó definitivamente con su llegada a la presidencia en 1946. Para esa misma fecha, llegaron al país por primera vez funcionarios del FMI que venían a proponerle a Perón la adhesión de la Argentina al organismo de crédito. Sin embargo, Perón se negó rotundamente y rechazó la invitación invocando dos palabras: soberanía e independencia económica. El Presidente aseguró que dichas instituciones eran un instrumento de sometimiento de los países centrales para imponer políticas a los países periféricos y, por aquellos años, la Argentina era el único país de América Latina que no formaba parte de ellas.

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Aramburu y el FMI

El repudio al Fondo no duró por mucho tiempo. Sin Perón en el poder y con el sangriento golpe de estado de 1955 empezó una cacería de odio y revanchismo social en todo la república. Además, en el plano económico se produjo un hecho prácticamente olvidado y que fue el ingreso formal de la Argentina al FMI. El 19 de abril de 1956, la Argentina ingresó al organismo internacional por iniciativa del presidente de facto Aramburu y, a través del decreto–ley Nº 7103, dispuso que se iniciaran los trámites necesarios para ingresar al Fondo y al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.

El ministro de Economía de Aramburu, Eugenio Blanco, sucumbió a los primeros acuerdos de endeudamiento, pero el verdadero asesor económico de la Revolución Libertadora, era Raúl Prebisch, secretario ejecutivo de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL). Prebisch fue quien elaboró un diagnóstico y un plan económico para el país durante la dictadura y la propuesta principal era clara: la incorporación del país al FMI. El ministro Eugenio Blanco designó como titular del Instituto Nacional de Granos a un joven llamado Alfredo Martínez de Hoz.

 

Pedro Eugenio Aramburu
Aramburu y el FMI: en el plano económico se produjo un hecho prácticamente olvidado, que fue el ingreso formal de la Argentina al Fondo Monetario Internacional.

 

Aramburu contaba con el apoyo de los medios de comunicación, ya que fue llenado de elogios por los medios de prensa argentinos de la época, incluidos medios norteamericanos como la revista Time, que se expresaba positivamente sobre el dictador por haber tomado medidas como la devaluación del peso, la liquidación del IAPI, el impulso al agro, la desnacionalización de los depósitos bancarios y la eliminación del control estatal sobre el comercio exterior.

Con la misma convicción que durante su presidencia, pero ahora desde el exilio, Perón advertía que en el FMI "participan la mayoría de los países occidentales, comprometidos mediante una larga contribución al Fondo, desde donde se manejarían todas sus monedas, se fijaría no sólo la política monetaria, sino también los factores que directa o indirectamente estuvieran ligados a la economía de los asociados (…)". Estas fueron algunas de las razones, entre muchas otras, por las cuales el gobierno justicialista no se adhirió al Fondo. Y Perón no se equivocaba, porque la Argentina ingresó por la fuerza en el círculo de endeudamiento e inflación con nuevos créditos para pagar los intereses de préstamos anteriores.

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Por olvido u omisión, Aramburu solo es recordado por el robo del cadáver de Evita, los bombardeos de 1955, los fusilamientos de argentinos en 1956, la intervención a punta de pistola a los sindicatos, la proscripción al peronismo, pero prácticamente nadie recuerda que él fue el que nos hizo adherir al FMI y tomar una deuda que todavía hoy los argentinos padecen. Al concluir el gobierno de Aramburu, la deuda externa alcanzó los 1.051 millones de dólares y ese fue el comienzo de la sumisión de nuestra economía a los dictados de los organismos internacionales por más de 50 años.