OPINIóN
Interculturalidad empresaria

Las grietas no se superan solo con la tolerancia del otro

La lógica binaria reduce todo a estar en el polo propio de los amigos o en el otro, el de los enemigos de la cuestión que sea. Esa grieta también está en las empresas. Por eso hoy más que nunca se necesita una gestión empresarial que gestione las diferencias.

Paridad de género en empresas y asociaciones civiles
Paridad de género en empresas y asociaciones civiles | Agencia Shutterstock

La metáfora de la grieta representa con claridad la lógica de interacción social propia de las primeras décadas del siglo XXI. La forma que utilizamos para posicionarnos en la realidad, es la lógica binaria que reduce todas las posibilidades a estar en el polo de los amigos o de los enemigos de la cuestión que sea. No es necesario argumentar la adscripción a una posición desde lo positivo, alcanza con la eficiente reducción de asumirse “anti”.

Es más simple y rápido reconocer en los enemigos de mi enemigo a mi propio bando, aunque nunca se discuta en un debate profundo si en este bando somos realmente amigos o iguales. Reducimos nuestra toma de posición a definir al “otro” y, en consecuencia, presuponemos un “nosotros” protegido por el abismo de la grieta. Pensadores de nuestro tiempo como Byung Chul Han o Éric Sadin han profundizado en este proceso y su relación íntima con las tecnologías algorítmicas de comunicación.

Este sujeto aislado entre grietas son las personas que forman las empresas y los equipos de trabajo. Hoy necesitamos una gestión empresarial que sea esencialmente gestión de las diferencias. Cada vez será más imposible la construcción de equipos homogéneos que puedan relacionarse eficientemente con una realidad cada vez más compleja. La Gestión Intercultural aparece entonces como solución.

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El impacto del liderazgo consciente a nivel empresarial

La lógica de la interculturalidad propone como metáfora la diversidad y la complejidad de toda situación, de toda persona y su potencialidad como ventaja comparativa.

La capacidad de incorporar una perspectiva intercultural al análisis y a la gestión posibilita la transformación de contextos dominados por lógicas antagónicas, construyendo espacios de diálogo y negociación basados en la reciprocidad y la horizontalidad. Esos espacios de gestión de las diferencias no se quedan en la lógica de la tolerancia, que mantiene latente el conflicto, sino que posibilitan un intercambio abierto y respetuoso entre personas y grupos con diferentes antecedentes culturales o visiones distintas del mundo.

De esta manera la gestión intercultural facilita el desarrollo de una comprensión profunda de las diversas perspectivas para aumentar la participación, libertad y capacidad de tomar decisiones creativas.

La interculturalidad es un valor a ejercer en todo proyecto empresarial, económico, político y social. Una herramienta efectiva en acciones dirigidas a la transformación de la realidad, para superar sus grietas y sus polarizaciones construyendo caminos de diálogo, aceptación y valoración del “otro”. Y así, habilitarnos como sociedad la posibilidad de desarrollar otra dinámica, en donde la diversidad sea experimentada como riqueza y no como causa de ansiedades que profundizan los abismos que aíslan.

*Director LiGEI, Universidad del Salvador