El mundo es una Carilina. Esta semana, especialistas de la AFIP yankee, es decir, el Internal Revenue Service, presentaron un trabajo que revela que las auditorías habituales de sus sabuesos no logran combatir la evasión en la cima de la pirámide social del país del Disneyworld que le gustaba a Nestor.
Titulado “Tax Evasion at the Top of the Income Distribution: Theory and Evidence”, el documento firmado por John Guyton y Patrick Langetieg del IRS y por los investigadores Daniel Reck, Max Risch y Gabriel Zucman, concluye que el 1% más rico esconde alrededor de un 21% de sus ingresos y que cuando se trata del 0,1% de los más acaudalados, los bienes que tienen posta suelen duplicar lo que supone el fisco.
En paralelo a la difusión del paper, el capo del IRS, un señor llamado Charles Rettig, le está pidiendo al Congreso más herramientas para contrarrestar los “métodos sofisticados de evasión”. “No necesitamos más gente, necesitamos más agentes especializados”, le dijo a The Wall Street Journal. Dice que por cada dólar invertido en la lucha contra las cuentas off shore y otros ardides se pueden recuperar entre 5 y 7 dólares en mayores ingresos. Atendeme esta cuenta: estiman que la recaudación podría aumentar un trillion en una década, es decir 1 millón de millones de dólares sin subir los impuestos. Buen dato para meter en un parrafito en los trillados comunicados de la Asociación Empresaria Argentina contra la presión tributaria. Acá quedan el link del trabajo https://bit.ly/3sxVBX9 y de las declaraciones de Rettig https://on.wsj.com/31qrdlG, para debatir en las sobremesas de los barrios cerrados donde en cambio por estas horas se está hablando del mismo tema pero con otro enfoque.
—¿Viste la cautelar de Scannapieco? Hablemos.
Al menos 15 clientes de uno de esos estudios jurídicos de un par de apellidos separados por una “&” se comunicaron con sus asesores legales el día en que la jueza Cecilia Gilardi Madariaga le dio la razón al ex gerente financiero del unicornio Globant, Alejandro Scannapieco, para que no presente la declaración jurada por el aporte solidario de las grandes fortunas, al menos por tres meses. Se trataba de llamados de algunos de los afectados por el cobro por única vez que habían dudado entre litigar o pagar y que tras ese fallo se decidieron a ir a a la Justicia.
—No te apures, ese fallo es muy débil. No habla del fondo de la cuestión. Hay que esperar e ir por la inconstitucionalidad-— le respondió el abogado de larga trayectoria y una amplia campaña de difusión contra el aporte de emergencia. Dice que en su oficina acumula ya cerca de 300 clientes que apuestan a un freno judicial.
Ajuste y campaña. También esta semana, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, recibió una carta de cuatro senadores liderados por John Kennedy donde la interrogan sobre por qué la Casa Blanca apoya la ampliación de los Derechos Especiales de Giro que hizo el Fondo Monetario Internacional para ayudar a los países miembros por la pandemia, al señalarle que puede ser una asistencia demasiado generalizada donde se beneficien incluso gobiernos que apoyan el terrorismo (https://bit.ly/3lXl6Pa). Más allá del planteo en sí, lo interesante es la respuesta que dio Yellen al hablar ante el Senado: “El objetivo es incrementar las reservas de los países para que no tengan que hacer ajustes fiscales”.
Da ganas de llorar si se confirma que la Argentina se encamina a usar esa plata para pagarle los vencimientos de este año al organismo con tal de postergar un acuerdo hasta después de las elecciones, como pareciera que le impuso el ala política del Frente de Todos al ministro de Economía, Martín Guzmán, que soñaba con acordar para mayo.
Como sea, la lluvia de divisas extra del FMI será de US$ 4.354 millones. A 97 pesos, son casi 5 bonos IFE de 10 mil pesos como los que se pagaron a 9 millones de personas en 2020. Tal vez no vengan nada mal si se termina de encarajinar todo con la segunda ola del Covid y más con un presupuesto armado con la idea de que lo peor del coronavirus ya pasó, en una apuesta ya de por sí complicada: cierta austeridad fiscal en un gobierno kirchnerista en tiempos de campaña electoral.
Y lo de campaña electoral dicho en un sentido amplio. Solo de un bocho afiebrado por las elecciones y por la ambición de construir un proyecto personal todo el tiempo como el de Sergio Massa puede surgir la idea de empapelar la Ciudad con carteles del Frente Renovador que dicen #AhoraGanancias más el eslogan #QueSeaLey, el mismo nacido de la pelea por el aborto legal pero ahora destinado a festejar que se destinan $ 44 mil millones para beneficiar a los asalariados que mejor sobrellevan la crisis, mientras el resto paga cada vez más IVA cuando compran alimentos cada vez más caros.