El pasado 25 de junio el coleccionista Tomilson Hill compró por unos 150 millones de dólares una pintura atribuida al pintor italiano Caravaggio (1571-1610). La obra es Judith decapitando a Holofernes, y había sido encontrada en un altillo cerrado por décadas en una casa de Toulouse.
La pregunta es: ¿se trata de un Caravaggio original o no?
Enumero algunos factores históricos a tener en cuenta para pensar una posible respuesta: existe una carta de Frans Pourbus el Joven al Duque de Mantua, fechada en 1607, donde habla de una Judith decapitando a Holofernes que está en venta en Nápoles. O sea, Caravaggio efectivamente volvió a pintar ese motivo sobre el final de su vida (ya había representado a una Judith y Holofernes alrededor de 1599, hoy en el Palacio Barberini). Quien lo tenía en venta al parecer era Louis Finson, pintor y marchand de arte que, en su testamento de 1617, menciona esta obra entre sus posesiones. No se conoce el destino posterior de esta Judith decapitando a Holofernes, pero sí se sabe que uno de los antepasados de la familia que encontró la pintura en su altillo fue oficial de Napoleón. Se especula que pudo haber terminado en su poder mediante un simple robo en el momento de trasladarla desde su destino originario.
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Otros elementos que, ya desde lo artístico, ayudan a teorizar sobre su autenticidad: se encontraron tres incisiones en la tela, marcas que utilizaba frecuentemente Caravaggio al pintar, quien no realizaba dibujos, así como tampoco firmaba sus obras. También, por medio de rayos x, se determinó que hubo correcciones en la pintura, lo cual demuestra que difícilmente se trate de una copia, ya que las mismas no suelen tener arrepentimientos ni cambios (existe una pintura idéntica pero sin correcciones, atribuida al mismo Louis Finson, en el Museo Diego Aragona Pignatelli Cortes de Nápoles, que se cree es una copia del Caravaggio original que tuvo en su poder). Por otro lado, la modelo que posó para representar a la anciana acompañante de Judith, es la misma que aparece retratada en La crucifixión de San Andrés, de 1607. Era habitual en Caravaggio repetir modelos en diferentes pinturas de una misma época.
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Existen opiniones divididas entre los especialistas, y quizá sea una cuestión de tiempo y de cantidad de atribuciones a favor o en contra para que una opinión prime sobre la otra. (Sin ir más lejos, hay críticos de arte que niegan la autoría del Baco enfermo que se exhibe en la Galería Borghese, o el Cupido durmiendo del Palacio Pitti, usualmente tomados como originales). Por ahora, sólo resta esperar que la pintura sea prestada o donada a un museo importante, como parecen ser las intenciones del comprador, para poder visitarla e intentar juguetear con una respuesta. Mientras tanto, los amantes del arte mantienen la ilusión de contar con un inesperado Caravaggio.
* Escritor, autor del libro sobre Caravaggio y su obra La mirada en las sombras, editado este año. Actualmente se encuentra trabajando en su futuro libro Sensualidad y erotismo en Caravaggio. También es autor de los libros de cuento Sueños del hombre elefante y Shibari, entre otros.