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17 de abril: Día Mundial del Malbec

Según los registros del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el primer viñedo de Malbec argentino estuvo en Salta en 1889.

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Malbec | Pablo Spoto

Desde hace ocho años, cada 17 de abril se celebra el día mundial del Malbecvariedad bandera de la Argentina. Esta uva tinta encontró su lugar en el mundo en nuestro suelo, pero es de origen francés, más precisamente del sur de la tierra gala, en la zona de Cahors, donde se la conocía como Côt y presentaba un estilo tánico, duro y oscuro. Cuenta la historia que el momento de mayor auge del Malbec fue entre los siglos XII y XIV cuando los reyes y papas lo preferían y su exportación representaba el 50% de los vinos que salían del puerto de Burdeos.

Según los registros del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el primer viñedo de Malbec argentino estuvo en Salta en 1889 y fue recién en el año 1900 cuando aparece el registro de 45 hectáreas implantadas con Malbec en Mendoza. Diez años después se produjo un salto grande con 239 hectáreas en la provincia de Mendoza, pero recién a partir de 1960 comienzan a poblarse los viñedos de todas las provincias vitivinícolas con nuestra cepa insignia.

En los años '70, la implantación de la llamada “uva negra” transforma el paisaje de las regiones vitivinícolas argentinas, pero la “gran explosión” de la variedad llegó con el boom exportador, a principios de los 2000, hasta llegar a las más de 40 mil hectáreas registradas en 2017.

Malbec concentra hoy el 21% de las hectáreas implantadas con vid en la Argentina y es la variedad líder en nuestro territorio. De un total de más de 223.000 hectáreas cultivadas con vides aptas para la elaboración de vinos, más de 40.400 hectáreas poseen entre sus hileras uvas Malbec. Equivale al 37% de las uvas tintas del país con las que se elaboran vino y su concentración está en más del 80% en la provincia de Mendoza. En los últimos 20 años, el crecimiento de la implantación de Malbec significó una evolución de un 163%. Tanto Malbec apareció en el país que desde 2011, se convirtió en la variedad tinta más plantada, doblando en cantidad de hectáreas a su segunda, la Bonarda, que cuenta con un poco más de 18.000 hectáreas.

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Otro hecho que catapultó al Malbec como bandera de la Argentina en el mundo es que justamente el Malbec de Luján de Cuyo, Mendoza (se podría decir que es su lugar en el mundo) es la primera Denominación de Origen (DOC) de América y, obviamente, del país.  ¿Qué significa que un vino tenga la sigla DOC en su etiqueta? Certifica que ese producto, en este caso el Malbec, proviene de una región determinada (en este caso Luján de Cuyo) cuyas cualidades particulares se deben al medio geográfico que abarca tanto factores naturales como los humanos que participan en su elaboración. Siempre me encanta subrayar que una denominación de origen directamente no implica que un producto sea mejor que otro, sino que certifica su origen. Pero, sí cabe aclarar que para acceder a la DOC hay que regirse por determinadas reglas que muchas veces, indirectamente, suman atributos de calidad.

En el mundo, la DOC o AOC (su equivalente en Francia: Appellation d'Origine Contrôlée) del Malbec es la AOC Cahors; creada en 1971, casi 20 años antes que la nuestra en la Argentina.

Allí el Malbec era hasta hace unos años una de las uvas legalmente permitidas para conformar el blend (o mix de uvas) de los vinos del sudoeste francés. Pero ¿saben una cosa?

Desde el 2007, ya con el boom mundial del Malbec instalado de norte a sur, los franceses utilizan al Malbec como emblema de la comunicación de su AOC Cahors para aprovechar el éxito de nuestra querida uva. Así que para quienes dicen que las reglas están muchas veces como corsets inflexibles en el viejo mundo del vino, ¡atenti! que cada vez más se flexibilizan cuando vale la alegría (y no justamente la pena).

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Así que hoy más nunca, los invito a elegir el Malbec que más les guste, servirlo en una copa, y detenernos en sus típicos colores violáceos. Hacerlo bailar en la copa para que sus aromas exploten y toda su frutosidad nos acaricie la nariz. ¡Prepárense para besar esa copa y recibir el más dulce de los besos! teñidos con notas a ciruelas y unos taninos tan amables como una vecina que nos da los buenos días cada vez que salimos de casa.

* Periodista y Certified Sommelier by la Court of Master Sommeliers 

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