Luego de un tiempo prolongado de acalorados debates, finalmente se legalizó el aborto. Los sectores involucrados expusieron sus posturas. Esto sucedió en medio de un año convulsionado, en el que sin dudas se agudizaron las pasiones y se profundizaron los pensamientos.
La historia de la relación del hombre con la ley nos muestra, en parte, la historia de la relación de éste con su tiempo, de una construcción epocal que propone o habilita modelos de subjetividad. Podríamos nombrar algunas de las leyes que marcaron “hitos” en la vida individual y vincular de las personas. Por ejemplo: la ley de divorcio (1987), la modificación del adulterio considerado como delito –e incluido en el código penal como tal– (1995), la ley de matrimonio igualitario (2010), la ley de identidad de género (2012), las modificaciones al código civil (2015).
Parecería tratarse de un sistema en permanente retroalimentación: la multiplicación de eventos sociales ocurridos “fuera de la ley” puja por la modificación de las leyes -expresiones de paradigmas imperantes- y estas nuevas leyes a su vez moldean la psiquis de las personas y así sucesivamente...se construyen los sujetos de cada época. Podríamos considerarnos a la vez “constructores de” y “construídos por” la ley.
Se propone así un sistema que precede al individuo y protege sus derechos pero también promueve renuncias y obligaciones, asegurando que cada uno de los involucrados resigne algo pero también obtenga algo. Desde esta perspectiva, “lo justo” se considera a partir de una medida común para todos.
El tema que nos ocupa –la ley del el aborto– genera profundas sensibilidades ya que se encuentra atravesado por cuestiones ligadas a la religión, la moral, la psicología, el cuerpo, el afecto, la sexualidad, la medicina, la política, etc.
Podemos encontrar algunas referencias históricas en el libro de Arnaldo Rascovsky El filicidio, que relata las costumbres de distintas comunidades en las que la práctica del filicidio era sumamente frecuente y hasta estaba ritualizada. Describe además las formas de eutanasia utilizadas cuando los niños nacían defectuosos o cuando eran demasiados como para ser alimentados dentro de la familia.
Recordemos también los escalofriantes registros de mortalidad infantil en Europa en los siglos XVII y siguientes que aporta Elisabeth Badinter en su libro ¿Existe el amor maternal? Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX. La autora describe una época en la que los niños eran entregados a nodrizas para su crianza, que se desarrollaba en condiciones de hacinamiento y falta de higiene provocando que la mayoría muriera de enfermedades o atacados por animales salvajes.
Este era el sistema que, a falta de métodos anticonceptivos, hacía las veces de una práctica abortiva aceptada socialmente. Los códigos (escritos o no) -y las leyes que éstos contienen- además de delimitar lo que está permitido o prohibido, también han determinado lo que es normal o anormal, cuerdo o “loco” para cada etapa de la Humanidad. Y esto ha tenido -y tiene- enorme incidencia en el funcionamiento mental de las personas.
Las modificaciones en las leyes siempre muestran y acompañan cambios sociales ¿Qué incidencia tendrá la aplicación de esta nueva ley en el imaginario social y en las subjetividades individuales? Nadie puede saberlo con certeza. Podremos plantear posiciones a favor o en contra de estos hitos pero la realidad es que nos exceden, suceden a pesar de nuestras preferencias.
Sí, es necesario reformular las teorías y encuadres desde las que interpretamos y acompañamos estas transformaciones. Porque no es lo mismo pensarlas “dentro” que “fuera” de la ley...
Será indispensable, por ejemplo, procurar poner al alcance de las personas -desde las primeras etapas de la vida- un plan de educación sexual y procreación responsable. Será fundamental estimular el diálogo en las instituciones -como la escuela y la familia- acerca de estos temas, considerando al conocimiento como la mejor herramienta para afrontarlos.
* Licenciada en Psicología. Psicoanalista.