OPINIóN
aborto legal

"En Unión y Libertad" (aborto o derecho a su propio cuerpo)

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Aborto legal. | cedoc

¿Quién tiene derechos sobre mí? ¿Quién puede hacer conmigo lo que quiera? ¿Quién puede tomar decisiones sobre lo que hacer con mi cuerpo? Esa es la primera pregunta que me hago siempre, y la respuesta es la misma:  Nadie, al menos que yo lo acepte y quiera hacer algo, sin presiones. Esa es La libertad.

 Si hablamos de aborto, este no debería ser un debate desde el punto de vista jurídico sino desde el existencial y ético. Los seres humanos hemos creado derechos consuetudinarios, comunitarios y estatales que no son siempre justamente morales. Entre estos encontramos mujeres que se les prohíbe manejar un auto, estudiar, elegir pareja, o disfrutar de su sexo (infibulación, mutilación genital) en determinadas regiones de nuestro planeta.

Estamos viviendo una época de inflación lingüística, entonces, sobran escritos y exposiciones sobre el tema, hablando del derecho a la vida del nonato. Pero, cuando se refiere al tema de las mujeres (feminismo, sexo, aborto etc.) siempre aparecen contradicciones, dudas y fuertes oposiciones ideológicas, grandes brechas discursivas, incluso desde las mismas mujeres. Parecería que temas tan naturales exceden nuestra capacidad actual de ubicarnos para tener una perspectiva más amplia y liberar a muchas mujeres de tanto sufrimiento.

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Afortunadamente nuestro cuerpo puede crear vida, es una de las más maravillosas experiencias que podemos tener, siempre y cuando lo deseemos y podamos encarar este gran cambio, sin enfermedades u otros problemas graves.

Las diferencias de opiniones llevan a los más ávidos de justificación a recurrir a las leyes o a las religiones para presentar a través de ellas varios argumentos en contra o en pro del aborto. En este sentido, aparece como oposición jurídica de la Ley del Aborto, el Art 75 Parágrafo 23 de la Constitución Nacional, norma realizada por el hombre y que habla de garantizar la protección de la persona humana desde la concepción.

Las leyes deberían de ir cambiando por el paso del tiempo y las nuevas necesidades, a partir de la toma de conciencia social. Hoy no nos causan gracia chistes de hace 20 años donde se discriminaba a sectores de determinadas razas, religiones, grupos sociales o a mujeres. Cambian las mentes y cambian las conciencias sobre los derechos, ya sean humanos, ambientales o derechos animales, con el devenir de las sociedades. Pero en esta inflación discursiva, parecería que lo importante es ganar por las ideologías y no por la libertad de la mujer que es lo que realmente está en juego.

Debemos recordar que el Servicio Militar Obligatorio (que era para los hombres) fue abolido en 1994 y se volvió por ley “voluntario” dejando a los jóvenes la decisión de decidir dar su vida en defensa del Estado o no. Esto sucedió a partir del recordado caso del soldado Carrasco, fallecido luego de un castigo brutal, que recibió durante su entrenamiento militar.

Es más que lógico que, ante las desorbitantes cifras de mujeres que fallecen por los abortos clandestinos, sea el turno de ellas de poder decidir sobre su vida. El gran error de algunos que abogan por la Ley del Aborto es destacar la promoción del mismo, en vez de reivindicar el derecho de las mujeres a disponer de su propio cuerpo. Y este desliz lingüístico, acentúa y promueve una fisura de conceptos y creencias.

Aprendí desde chica, por mi padre abogado, que mi derecho termina donde comienza el derecho de los demás. Eso podría ser usado por los defensores del derecho del no nacido. Pero en realidad el feto cuando está en el cuerpo femenino pertenece a ese cuerpo, al cuerpo de la mujer sin el cual no podría sobrevivir, aún. Tal vez en un futuro podría ser diferente y deberían cambiar las leyes nuevamente.

Al defender la vida del feto, lo están sobreponiendo a la vida de la mujer, que es la sujeto reconocida con nombre y documento, sin tomar en cuenta que el feto forma parte de ese cuerpo. El aborto ha existido desde siempre, la ley simplemente despenaliza a la mujer.

La realidad es que “No es favorecer el aborto” lo que esta ley se propone, sino que es despenalizar a las mujeres que tienen que recurrir al aborto por miles de razones. Esto involucra también a mujeres católicas y/o monjas que han sido violadas o no, matrimonios conservadores o no, que por razones de salud entre otras no quieren procrear. La despenalización del aborto solamente significa eso, la no penalización al derecho de la elección de las mujeres sobre su cuerpo. Se necesita una mente clara, serena y estable para poder visualizar los temas en su totalidad.

Argentina ha quebrado conceptos antiguos sobre sexualidades y cambios del cuerpo, ha aceptado el cambio del nombre y de sexualidad, el matrimonio igualitario, el derecho al trabajo de personas que antes no podían acceder a los mismos.

Tenemos en la mano todos los días un billete que nos dice: República Argentina “Unión y Libertad” por lo tanto un país con este emblema debería ser un país sin brechas, sin fisuras, un país unido, con debates sin agresiones que iluminen a la sociedad y no que la deshilachen y por sobre todo un país de “Libertad” y más aún cuando La Argentina (en un guiño lingüístico) por su propio artículo y nombre es femenina.

* Escritora uruguaya, residente en Argentina. Autora de Amantes seriales, entre otros.