Para acceder a mejores condiciones de financiamiento tanto en plazos y tasas como en opciones de instrumentos, haber estado endeudado formalmente resulta muy útil. Se trata de un dato al que no se le presta la debida atención y que resulta clave en el momento en que cualquier entidad bancaria o financiera evalúa a un cliente, en este caso una empresa PyME
Es conocida la baja penetración que tiene el crédito en la Argentina. Según los últimos datos difundidos por el Banco Central en el mes de noviembre, el nivel de préstamos al sector privado alcanza el 12% del Producto Bruto Interno (PBI), porcentaje que creció desde el 5,2% de diciembre de 2023, pero que todavía está lejos del número que ostentan otros países de la región, como México (40%), Brasil (76%) y Chile (103% del PBI).
En este marco, se sabe que muchas PyMEs no acceden directamente al financiamiento para sus proyectos de inversión o para la gestión cotidiana, y prefieren apelar al capital propio por el peso de la inestabilidad económica argentina. Pero esa supuesta fortaleza financiera de no estar endeudada en el sistema financiero formal puede transformarse para la firma en una desventaja.
¿A qué se debe esto? Al historial crediticio de la compañía. Cuando un banco o financiera recibe un pedido de crédito por parte de una firma o individuo, no solo analiza sus números: también mira una trayectoria.
Las centrales de riesgo toman la historia del sujeto de crédito para ofrecer información sobre su comportamiento (si fue cumpliendo en tiempo y forma con sus obligaciones, y en qué estado está cada una de ellas). Si una PyME nunca solicitó un préstamo formal, carece de recorrido dentro del sistema y al banco o financiera se les complicará evaluar su capacidad de repago.
Por ende, cuando necesite financiamiento, se encontrará con mayores obstáculos que otra empresa que sí cuenta con historia crediticia.
Por ese motivo, el mejor camino para aprovechar las oportunidades que ofrecen tanto los bancos como el mercado de capitales es comenzar a construir una reputación. Sin una trayectoria para exhibir, a una PyME se le pueden cerrar puertas. Endeudarse formalmente no implica hacerlo en forma descuidada. Significa planificar, elegir instrumentos adecuados y analizar tasas y plazos. En ese sentido, la tecnología permite hoy acceder a las condiciones de la oferta crediticia existente de manera muy simple y efectuar comparaciones.
Financiarse formalmente y pagar en tiempo y forma es la manera más inteligente de trabajar en la historia propia y asegurarse el acceso al crédito.
Una PyMEque toma una línea de financiamiento para invertir en tecnología o para ampliar su capacidad productiva está apalancando su crecimiento. Y trabajar en su historial le permitirá más tarde acceder a otras posibilidades en mejores condiciones, si su comportamiento es consistente. Un círculo virtuoso.
La verdadera decisión no es endeudarse o no, sino cómo hacerlo inteligentemente para contar con un historial crediticio confiable.